Con un gol de Miles Robinson en tiempo extra y un equipo notablemente alterno, los de Berhalter demostraron que tienen las armas suficientes para ser el “nuevo rey de CONCACAF”. México y el “Tata” Martino naufragan en la incertidumbre y no llegarán con sensaciones positivas a la Octogonal.
Por: Alejandro Mejicanos.
Por: Alejandro Mejicanos.
El imponente Allegiant Stadium de Las Vegas recibió la gran final de Copa Oro 2021, un partido que aún sin conocer sus protagonistas ya auguraba un lleno total, porque el 10 de junio, cuando CONCACAF puso a la venta los 60 mil boletos, se agotaron todos en menos de 90 minutos, un verdadero récord en la región. El estadio repleto se confirmó una vez que Estados Unidos y México aseguraron su presencia en la disputa por el título, y aunque ninguno llegaba en su mejor nivel, sí que ambos eran los favoritos para estar ahí.
Los dirigidos por el “Tata” Martino tenían la presión de ganar sí o sí, no solamente porque su rival utilizaría una plantilla alterna, llámese “equipo B/C/D” o como sea, si no, porque hace 56 días habían perdido contra ellos la Nations League, y no se podían permitir dos derrotas consecutivas. Por su parte, los muchachos de Berhalter querían demostrar sus cualidades para buscar un cupo en la Selección “A” y además, reafirmar el crecimiento de la Major League Soccer porque 19 de los 23 jugadores pertenecen a esa liga.
El “tri” presionó y atacó con mucha intensidad desde el primer minuto, y esto generó que la polémica apareciera temprano, al 9’, con un centro del “tecatito” Corona que chocó en la mano de George Bello. El árbitro hondureño Saíd Martínez no dijo nada y tampoco hubo movimientos en el VAR. Quien si tuvo que moverse fue el portero Matt Turner porque a la salida de un córner, al 11’, Rogelio Funes Mori metió un cabezazo brutal y el meta estadounidense le tapó de buena forma.
Poco después, el local reaccionó con un balón que le robó Sebastian Lletget a Edson Álvarez y de inmediato asistió a Paul Arriola que estaba solo frente a Talavera, pero su disparo se estrelló en la base del poste. Funes Mori volvió a llevar peligro con un par de acciones individuales, sin embargo, Turner le continuó ganando la partida. Luego, el capitán azteca, Héctor Moreno se lesionó en una lucha aérea con Gyasi Zardes y en su lugar ingresó Carlos Salcedo, un defensor criticado por la prensa, por la afición y que encima, sus actuaciones vienen en declive.
Justamente ese cambio propició una desconcentración defensiva en México, dejando un hueco enorme en el centro de la zaga y Zardes, que recibió gran trazo en profundidad, se coló por ahí, pero tiró por un costado cuando Talavera ya estaba vencido. Salcedo volvió a restar seguridad en la zona baja cuando se durmió en una salida, Arriola le robó y se la dejó a Hoppe que sacó un riflazo con toda la etiqueta de gol, hasta que Araujo la desvió al tiro de esquina. Era mejor USA, estaba haciendo méritos para anotar, desarticuló los circuitos del conjunto mexicano, y pudo quedarse con un hombre más en la cancha, pero al árbitro catracho le tembló la mano para sacarle la roja a Héctor Herrera después de ponerle los tachones en la cabeza a Eryk Williamson.
El juego se alargó a tiempos extra, sin goles en el tablero, hasta que en el 116’, en acción a balón a parado, Kellyn Acosta cobró y Miles Robinson le ganó el duelo a Edson Álvarez, rematando de cabeza frente a Talavera, haciendo explotar a la hinchada del “Tío Sam” y consumando la debacle mexicana.
Estados Unidos conquistó su séptimo título de Copa Oro, siendo el segundo máximo ganador, por detrás de un México que tambalea, que sufre la ausencia de sus jugadores importantes, que adolece la falta de un recambio generacional, que se frustra ante la presión incesante de su entorno y que no termina de comprender la idea de un entrenador que si bien suma 27 victorias y solo 4 derrotas, 2 de ellas ya le costaron 2 títulos y muchos detractores. Vientos de cambio asoman en CONCACAF, cambios en el trono, principalmente.
Los dirigidos por el “Tata” Martino tenían la presión de ganar sí o sí, no solamente porque su rival utilizaría una plantilla alterna, llámese “equipo B/C/D” o como sea, si no, porque hace 56 días habían perdido contra ellos la Nations League, y no se podían permitir dos derrotas consecutivas. Por su parte, los muchachos de Berhalter querían demostrar sus cualidades para buscar un cupo en la Selección “A” y además, reafirmar el crecimiento de la Major League Soccer porque 19 de los 23 jugadores pertenecen a esa liga.
El “tri” presionó y atacó con mucha intensidad desde el primer minuto, y esto generó que la polémica apareciera temprano, al 9’, con un centro del “tecatito” Corona que chocó en la mano de George Bello. El árbitro hondureño Saíd Martínez no dijo nada y tampoco hubo movimientos en el VAR. Quien si tuvo que moverse fue el portero Matt Turner porque a la salida de un córner, al 11’, Rogelio Funes Mori metió un cabezazo brutal y el meta estadounidense le tapó de buena forma.
Poco después, el local reaccionó con un balón que le robó Sebastian Lletget a Edson Álvarez y de inmediato asistió a Paul Arriola que estaba solo frente a Talavera, pero su disparo se estrelló en la base del poste. Funes Mori volvió a llevar peligro con un par de acciones individuales, sin embargo, Turner le continuó ganando la partida. Luego, el capitán azteca, Héctor Moreno se lesionó en una lucha aérea con Gyasi Zardes y en su lugar ingresó Carlos Salcedo, un defensor criticado por la prensa, por la afición y que encima, sus actuaciones vienen en declive.
Justamente ese cambio propició una desconcentración defensiva en México, dejando un hueco enorme en el centro de la zaga y Zardes, que recibió gran trazo en profundidad, se coló por ahí, pero tiró por un costado cuando Talavera ya estaba vencido. Salcedo volvió a restar seguridad en la zona baja cuando se durmió en una salida, Arriola le robó y se la dejó a Hoppe que sacó un riflazo con toda la etiqueta de gol, hasta que Araujo la desvió al tiro de esquina. Era mejor USA, estaba haciendo méritos para anotar, desarticuló los circuitos del conjunto mexicano, y pudo quedarse con un hombre más en la cancha, pero al árbitro catracho le tembló la mano para sacarle la roja a Héctor Herrera después de ponerle los tachones en la cabeza a Eryk Williamson.
El juego se alargó a tiempos extra, sin goles en el tablero, hasta que en el 116’, en acción a balón a parado, Kellyn Acosta cobró y Miles Robinson le ganó el duelo a Edson Álvarez, rematando de cabeza frente a Talavera, haciendo explotar a la hinchada del “Tío Sam” y consumando la debacle mexicana.
Estados Unidos conquistó su séptimo título de Copa Oro, siendo el segundo máximo ganador, por detrás de un México que tambalea, que sufre la ausencia de sus jugadores importantes, que adolece la falta de un recambio generacional, que se frustra ante la presión incesante de su entorno y que no termina de comprender la idea de un entrenador que si bien suma 27 victorias y solo 4 derrotas, 2 de ellas ya le costaron 2 títulos y muchos detractores. Vientos de cambio asoman en CONCACAF, cambios en el trono, principalmente.