La Selección de México no pasó grandes apuros en una de las visitas más complicadas de la Eliminatoria de CONCACAF, el Estadio Cuscatlán. El Salvador trató de mantener la solidez defensiva que le caracterizó durante los últimos meses, pero las bajas le complicaron la misión, y sufrió el primer revés en casa.
Por: Alejandro Mejicanos.
Por: Alejandro Mejicanos.
“El infierno azul”, “Vietnam”, “el estadio más pesado de CONCACAF”, “la pesadilla de Centroamérica”… Esos son los adjetivos que se escuchan en toda América para describir al Estadio Cuscatlán, la casa de la Selecta, sitio que México debía visitar y conquistar para mantenerse en el liderato de la Octogonal. El combinado salvadoreño afrontaba el duelo con bajas importantes, mientras que los aztecas llegaban prácticamente completos, con sus estrellas, sin guardarse nada.
Hugo Pérez tuvo la difícil tarea de reajustar en poco tiempo la zona defensiva, sin Eriq Zavaleta y Ronald Rodríguez, centrales titulares, Roberto Domínguez, tercer central y Narciso Orellana, su contención de confianza. Encima, se lesionó Jairo Henríquez, extremo desequilibrante y habilidoso que generaba gran parte del fútbol ofensivo. El estratega estadounidense eligió Mario Jacobo e Isaac Portillo como central y contención, respectivamente, acompañando a Eduardo Vigil y Darwin Céren. Luego, pobló el mediocampo con Alex Roldán y Marvin Monterroza, dejando a Enrico Dueñas libre para intentar conexiones con Joaquín Rivas.
El “Tata”, por su parte, sorprendió con rotaciones que, si bien eran necesarias, algunas piezas fueron inesperadas. “Memo” Ochoa, infaltable en el arco. “Cata” Domínguez y Osvaldo Rodríguez fueron las novedades en la zaga, además de Néstor Araujo que tapó la ausencia del “Cachorro” Montes. Luis Romo y “Charly” Rodríguez en zona amplia, Orbelín y Alexis Vega en la creación y “Chucky” Lozano en dupla con Funes Mori para el ataque.
El ambiente, ni hablar. Una cosa que “enchina” la piel. Himno local cantado con el alma. Himno visitante abucheado y pitado. Situación propia y clásica de un ESA vs MEX en San Salvador. El arbitraje a cargo del canandiense Drew Fischer. Todo listo y a jugar. En cuestión de 2’ minutos, México tuvo la primera ocasión con un centro de “Osvi” para el “Chucky”, pero el del Napoli llegó forzado, cabeceando desviado.
La presión e intensidad del publicó motivó a la azul y blanco para tener un par de aproximaciones sobre el guardameta rival, sin embargo, en ninguna se logró finalizar con disparo al arco, lo que hizo entender al cuerpo técnico mexicano que las bajas sí estaban pasando factura en “La Selecta”. A partir de ahí, adelantaron líneas, Vega en un córner conectó con Osvaldo Rodríguez, pero su remate se fue por un costado. Fue solo un aviso de lo que vendría más tarde, porque siempre con un tiro de esquina, esta vez lanzado por “Tecatito” Corona que entró de cambio justamente por Vega, los dos centrales la buscaron por arriba, “Cata” se pasó y por detrás apareció Héctor Moreno para abrir el marcador, y de paso, firmar su tercer gol en el Cuscatlán (en tres visitas distintas).
Al medio tiempo, la situación no pintaba nada bien para El Salvador, ni las estadísticas están de su lado porque la última vez que en una Eliminatoria se fue con derrota al descanso y en el complemento le dio vuelta, fue contra Panamá, 1-3 en 2009. Aquella noche histórica fue muy diferente a esta, y se complicó aún más con la roja directa para Mario Jacobo, en el 49’, por un halón sobre Funes Mori que Fischer consideró como “jugada manifiesta de gol”. Ya con la superioridad numérica, México reafirmó el dominio del partido, pero se “pegó un tiro en el pie” con la expulsión infantil de Araujo por un codazo sobre Alex Larín.
Estando 10 vs 10, El Salvador quiso reaccionar, su hinchada le empujó para buscar el empate, pero su peso en ataque es casi nulo y el Tri aprovechó los espacios para finiquitar, después de una notable acción individual de Raúl Jiménez, dejando la marca de dos defensores, entrando al área, y siendo derribado en un penal clarísimo. El mismo delantero de los Wolves se encargó de ejecutar y entonces, se puso el punto final.
“La victoria es justa”, dijo Martino. “Nos faltó ‘punch’”, comentó Hugo Pérez. Lo cierto es que México se consolidó en la cima de la Octagonal con 14 puntos, mientras que El Salvador cayó hasta la séptima posición, dejando en agonía su lucha por un boleto a Qatar.
Hugo Pérez tuvo la difícil tarea de reajustar en poco tiempo la zona defensiva, sin Eriq Zavaleta y Ronald Rodríguez, centrales titulares, Roberto Domínguez, tercer central y Narciso Orellana, su contención de confianza. Encima, se lesionó Jairo Henríquez, extremo desequilibrante y habilidoso que generaba gran parte del fútbol ofensivo. El estratega estadounidense eligió Mario Jacobo e Isaac Portillo como central y contención, respectivamente, acompañando a Eduardo Vigil y Darwin Céren. Luego, pobló el mediocampo con Alex Roldán y Marvin Monterroza, dejando a Enrico Dueñas libre para intentar conexiones con Joaquín Rivas.
El “Tata”, por su parte, sorprendió con rotaciones que, si bien eran necesarias, algunas piezas fueron inesperadas. “Memo” Ochoa, infaltable en el arco. “Cata” Domínguez y Osvaldo Rodríguez fueron las novedades en la zaga, además de Néstor Araujo que tapó la ausencia del “Cachorro” Montes. Luis Romo y “Charly” Rodríguez en zona amplia, Orbelín y Alexis Vega en la creación y “Chucky” Lozano en dupla con Funes Mori para el ataque.
El ambiente, ni hablar. Una cosa que “enchina” la piel. Himno local cantado con el alma. Himno visitante abucheado y pitado. Situación propia y clásica de un ESA vs MEX en San Salvador. El arbitraje a cargo del canandiense Drew Fischer. Todo listo y a jugar. En cuestión de 2’ minutos, México tuvo la primera ocasión con un centro de “Osvi” para el “Chucky”, pero el del Napoli llegó forzado, cabeceando desviado.
La presión e intensidad del publicó motivó a la azul y blanco para tener un par de aproximaciones sobre el guardameta rival, sin embargo, en ninguna se logró finalizar con disparo al arco, lo que hizo entender al cuerpo técnico mexicano que las bajas sí estaban pasando factura en “La Selecta”. A partir de ahí, adelantaron líneas, Vega en un córner conectó con Osvaldo Rodríguez, pero su remate se fue por un costado. Fue solo un aviso de lo que vendría más tarde, porque siempre con un tiro de esquina, esta vez lanzado por “Tecatito” Corona que entró de cambio justamente por Vega, los dos centrales la buscaron por arriba, “Cata” se pasó y por detrás apareció Héctor Moreno para abrir el marcador, y de paso, firmar su tercer gol en el Cuscatlán (en tres visitas distintas).
Al medio tiempo, la situación no pintaba nada bien para El Salvador, ni las estadísticas están de su lado porque la última vez que en una Eliminatoria se fue con derrota al descanso y en el complemento le dio vuelta, fue contra Panamá, 1-3 en 2009. Aquella noche histórica fue muy diferente a esta, y se complicó aún más con la roja directa para Mario Jacobo, en el 49’, por un halón sobre Funes Mori que Fischer consideró como “jugada manifiesta de gol”. Ya con la superioridad numérica, México reafirmó el dominio del partido, pero se “pegó un tiro en el pie” con la expulsión infantil de Araujo por un codazo sobre Alex Larín.
Estando 10 vs 10, El Salvador quiso reaccionar, su hinchada le empujó para buscar el empate, pero su peso en ataque es casi nulo y el Tri aprovechó los espacios para finiquitar, después de una notable acción individual de Raúl Jiménez, dejando la marca de dos defensores, entrando al área, y siendo derribado en un penal clarísimo. El mismo delantero de los Wolves se encargó de ejecutar y entonces, se puso el punto final.
“La victoria es justa”, dijo Martino. “Nos faltó ‘punch’”, comentó Hugo Pérez. Lo cierto es que México se consolidó en la cima de la Octagonal con 14 puntos, mientras que El Salvador cayó hasta la séptima posición, dejando en agonía su lucha por un boleto a Qatar.