El Verdao conquistó su segunda Copa Libertadores de forma consecutiva, algo que solo había logrado aquel Boca Juniors de Carlos Bianchi, pero para ello, tuvieron que sufrir ante un Flamengo plagado de estrellas. Deyverson fue el héroe en la cancha, Abel Ferreira en el banquillo.
Por: Alejandro Mejicanos.
Por: Alejandro Mejicanos.
El Estadio Centenario de Montevideo, Uruguay, acogió a una multitud de hinchas brasileños que hicieron el viaje para disfrutar de la final de Copa Libertadores entre Palmeiras y Flamengo. Por segunda ocasión consecutiva, dos equipos del país más grande de Sudamérica se enfrentaban por el prestigioso título internacional, ambos con realidades y filosofías distintas.
En el caso de Palmeiras, jugaba su segunda final de Libertadores en menos de 10 meses. Hay que recordar que el Verdao fue campeón de la edición anterior venciendo 1-0 a Santos, y esta vez, pese al camino “turbulento” que le tocó, logró llegar hasta el último partido. Lideró su grupo sin mayor inconveniente, pero ya en Octavos sufrió ante la Universidad Católica (Glo: 2-0), en Cuartos liquidó a Sao Paulo (Glo: 4-1) y en Semis casi se queda fuera ante Atlético Mineiro (Glo: 1-1).
Flamengo, por su parte, hizo una fuerte inversión fichando jugadores como David Luiz, Andreas Pereira, Filipe Luis, Kenedy, Diego Alves, Mauricio Isla… Todo con el objetivo de levantar el trofeo más preciado de CONMEBOL, una misión que ya habían conseguido en 2019 con el 1-2 sobre River Plate, y ahora volvieron a ganarse el derecho tras una fase de grupos impecable siendo líder, luego en Octavos aplastó a Defensa y Justicia (Glo: 5-1), en Cuartos fulminó a Olimpia (Glo: 9-2) y en las semifinales le recetó un póker al Barcelona de Guayaquil (Glo: 4-0).
Arbitraje del argentino Néstor Pitana, show de inauguración hecho por la cantante brasileña Anitta, propuestas de matrimonio, homenajes, cánticos, personalidades, tensión y nervios en la cancha… Un verdadero ambiente de final que terminó por consolidarse con el gol tempranero de Raphael Veiga. En el minuto 5, Gustavo Gómez mandó un trazo largo, Mayke se escapó en velocidad y asistió al mediocampista dorsal 23 para que, con la zurda, anotara el 1-0 a favor de Palmeiras.
Flamengo se vio sorprendido con ese tanto, pero no se salió de su libreto. Dominó el partido casi a placer, en parte porque su rival le cedió el balón y la iniciativa, tuvo llegadas, hizo disparos, presionó la salida, buscó espacios, trató con muchas variantes, hasta que en el 72’, Giorgian de Arrascaeta le puso una pelota en profundidad a “Gabigol” y este disparó con la pierna izquierda, abajo, pegado al primer poste y Weverton nada pudo hacer. Era el 1-1, y prácticamente, una nueva historia.
El empate perduró hasta concluir los 90’, y entonces, cuando recién comenzaban los tiempos extra, David Luiz tocó con Andreas Pereira y el ex Manchester United intentó pasarle a su guardameta, sin embargo, se deslizó y Deyverson aprovechó para anotar el 2-1 del Verdao. El Fla volvió a la carga y se dejó todo en busca de la igualdad, pero no pudo ser, y los dirigidos por Abel Ferreira alzaron el bicampeonato de América.
Palmeiras levantó su tercer título de Copa Libertadores tras 6 finales disputas. Se coló entre Gremio, Sao Paulo y Santos como los máximos ganadores brasileños de este torneo. Igualó el récord de Boca Juniors (2000), siendo los únicos clubes que consiguieron bicampeonato de Libertadores. Aseguró su boleto al Mundial de Clubes donde podría enfrentarse a Monterrey y Chelsea. Y encima, se embolsaron casi $30 millones en concepto de premio. Tarde inolvidable para el club fundado en 1914.
En el caso de Palmeiras, jugaba su segunda final de Libertadores en menos de 10 meses. Hay que recordar que el Verdao fue campeón de la edición anterior venciendo 1-0 a Santos, y esta vez, pese al camino “turbulento” que le tocó, logró llegar hasta el último partido. Lideró su grupo sin mayor inconveniente, pero ya en Octavos sufrió ante la Universidad Católica (Glo: 2-0), en Cuartos liquidó a Sao Paulo (Glo: 4-1) y en Semis casi se queda fuera ante Atlético Mineiro (Glo: 1-1).
Flamengo, por su parte, hizo una fuerte inversión fichando jugadores como David Luiz, Andreas Pereira, Filipe Luis, Kenedy, Diego Alves, Mauricio Isla… Todo con el objetivo de levantar el trofeo más preciado de CONMEBOL, una misión que ya habían conseguido en 2019 con el 1-2 sobre River Plate, y ahora volvieron a ganarse el derecho tras una fase de grupos impecable siendo líder, luego en Octavos aplastó a Defensa y Justicia (Glo: 5-1), en Cuartos fulminó a Olimpia (Glo: 9-2) y en las semifinales le recetó un póker al Barcelona de Guayaquil (Glo: 4-0).
Arbitraje del argentino Néstor Pitana, show de inauguración hecho por la cantante brasileña Anitta, propuestas de matrimonio, homenajes, cánticos, personalidades, tensión y nervios en la cancha… Un verdadero ambiente de final que terminó por consolidarse con el gol tempranero de Raphael Veiga. En el minuto 5, Gustavo Gómez mandó un trazo largo, Mayke se escapó en velocidad y asistió al mediocampista dorsal 23 para que, con la zurda, anotara el 1-0 a favor de Palmeiras.
Flamengo se vio sorprendido con ese tanto, pero no se salió de su libreto. Dominó el partido casi a placer, en parte porque su rival le cedió el balón y la iniciativa, tuvo llegadas, hizo disparos, presionó la salida, buscó espacios, trató con muchas variantes, hasta que en el 72’, Giorgian de Arrascaeta le puso una pelota en profundidad a “Gabigol” y este disparó con la pierna izquierda, abajo, pegado al primer poste y Weverton nada pudo hacer. Era el 1-1, y prácticamente, una nueva historia.
El empate perduró hasta concluir los 90’, y entonces, cuando recién comenzaban los tiempos extra, David Luiz tocó con Andreas Pereira y el ex Manchester United intentó pasarle a su guardameta, sin embargo, se deslizó y Deyverson aprovechó para anotar el 2-1 del Verdao. El Fla volvió a la carga y se dejó todo en busca de la igualdad, pero no pudo ser, y los dirigidos por Abel Ferreira alzaron el bicampeonato de América.
Palmeiras levantó su tercer título de Copa Libertadores tras 6 finales disputas. Se coló entre Gremio, Sao Paulo y Santos como los máximos ganadores brasileños de este torneo. Igualó el récord de Boca Juniors (2000), siendo los únicos clubes que consiguieron bicampeonato de Libertadores. Aseguró su boleto al Mundial de Clubes donde podría enfrentarse a Monterrey y Chelsea. Y encima, se embolsaron casi $30 millones en concepto de premio. Tarde inolvidable para el club fundado en 1914.