Los dos equipos que visten de azul aprovecharon la ventaja conseguida en los duelos de ida, y a pesar de caer por la mínima, su boleto a las semifinales de la UEFA Champions League está asegurado. Ahora, solo les toca esperar para conocer su rival.
Por: Alejandro Mejicanos.
Por: Alejandro Mejicanos.
El formato de la Champions League le da un premio importante al equipo que gana de visita, y más aún, si lo hace por una diferencia notable de goles. Ese premio disfrutaron hoy parisinos y londinenses después ser derrotados en casa, pero mantuvieron las sensaciones de ser justos semifinalistas.
En el Parque de los Príncipes, el París Saint-Germain recibió al Bayern Múnich con el global 3-2 a su favor y dos estadísticas muy interesantes. Primero, nunca antes en la historia de la competición, el actual campeón había sido eliminado por el actual subcampeón, y segundo, el conjunto alemán nunca había ganado de visita jugando en la capital francesa. A partir de ahí, sabíamos que una de las dos “maldiciones” se iban a romper, la pregunta era “¿cuál?”
Partido intenso, trepidante, con acciones vehementes y ocasiones en los arcos. Película similar al duelo de ida, pero acá estaba faltando el gol, y Neymar estuvo cerca de encontrarlo pegándole dos veces al poste, hasta que en el 40’, un balón dentro del área le llegó a Thomas Müller, éste tocó de primera para David Alaba, el austríaco remató a puerta, tapó Keylor, pero en el contrarremate apareció un jugador que hace unos meses vistió la camiseta del PSG, el camerunés Eric Maxim Choupo-Moting, ganándole el salto a Kimpembe y de cabeza la mandó al fondo.
El caso de Choupo-Moting es bastante curioso. El año anterior, durante los cuartos de final en la Champions, un gol suyo en el último minuto contra Atalanta, metió a los parisinos en semifinales. Más allá de ese tanto, su aporte al club fue prácticamente nulo. A penas 4 goles en toda la temporada. Eso provocó su salida y terminó recalando en el Bayern, donde ahora, supliendo a Lewandowsky, le tocó ser el 9 titular en ambos partidos y aportó dos goles en la serie. Nada mal.
Volviendo al partido, el complemento mantuvo el mismo nivel. Fútbol de primera categoría. Un espectáculo para el aficionado que sigue sufriendo el no poder estar en el lugar para vivirlo de cerca. Al final, los alemanes no lograron consumar la remontada, el global se cerró en 3-3 y el París Saint-Germain estará por segundo año consecutivo en semifinales. Mención especial para Neymar que volvió a demostrar su talento innato e inclusive, fue reconocido como el MVP.
De forma simultánea, en el Ramón Sánchez Pizjuán de Sevilla, el Chelsea manejó a la perfección el 2-0 de la ida y reafirmó porqué es el equipo con menos goles en contra en la actual edición de Champions, defendiendo ante un Porto que intentó descontar, pero le faltó ese “plus” de contundencia.
El único tanto llevó la firma del iraní Mehdi Taremi en el 90+4. Uno de esos goles que vale la pena ver desde todos los ángulos. Colirio a la vista. Chilena impresionante sobre el punto penal, directo al ángulo. Parecía un gol de otro partido porque el juego tenía toda la pinta de terminar 0-0. Los dragones vuelven a casa quitándole el invicto a los blues, no habían perdido en lo que va Champions y además, rompieron el muro de un Chelsea que acumuló 435 minutos sin recibir gol. Sin embargo, la fiesta y la alegría en Londres será notable porque después de 7 años, su equipo volvió a meterse entre los mejores 4 del viejo continente.
En el Parque de los Príncipes, el París Saint-Germain recibió al Bayern Múnich con el global 3-2 a su favor y dos estadísticas muy interesantes. Primero, nunca antes en la historia de la competición, el actual campeón había sido eliminado por el actual subcampeón, y segundo, el conjunto alemán nunca había ganado de visita jugando en la capital francesa. A partir de ahí, sabíamos que una de las dos “maldiciones” se iban a romper, la pregunta era “¿cuál?”
Partido intenso, trepidante, con acciones vehementes y ocasiones en los arcos. Película similar al duelo de ida, pero acá estaba faltando el gol, y Neymar estuvo cerca de encontrarlo pegándole dos veces al poste, hasta que en el 40’, un balón dentro del área le llegó a Thomas Müller, éste tocó de primera para David Alaba, el austríaco remató a puerta, tapó Keylor, pero en el contrarremate apareció un jugador que hace unos meses vistió la camiseta del PSG, el camerunés Eric Maxim Choupo-Moting, ganándole el salto a Kimpembe y de cabeza la mandó al fondo.
El caso de Choupo-Moting es bastante curioso. El año anterior, durante los cuartos de final en la Champions, un gol suyo en el último minuto contra Atalanta, metió a los parisinos en semifinales. Más allá de ese tanto, su aporte al club fue prácticamente nulo. A penas 4 goles en toda la temporada. Eso provocó su salida y terminó recalando en el Bayern, donde ahora, supliendo a Lewandowsky, le tocó ser el 9 titular en ambos partidos y aportó dos goles en la serie. Nada mal.
Volviendo al partido, el complemento mantuvo el mismo nivel. Fútbol de primera categoría. Un espectáculo para el aficionado que sigue sufriendo el no poder estar en el lugar para vivirlo de cerca. Al final, los alemanes no lograron consumar la remontada, el global se cerró en 3-3 y el París Saint-Germain estará por segundo año consecutivo en semifinales. Mención especial para Neymar que volvió a demostrar su talento innato e inclusive, fue reconocido como el MVP.
De forma simultánea, en el Ramón Sánchez Pizjuán de Sevilla, el Chelsea manejó a la perfección el 2-0 de la ida y reafirmó porqué es el equipo con menos goles en contra en la actual edición de Champions, defendiendo ante un Porto que intentó descontar, pero le faltó ese “plus” de contundencia.
El único tanto llevó la firma del iraní Mehdi Taremi en el 90+4. Uno de esos goles que vale la pena ver desde todos los ángulos. Colirio a la vista. Chilena impresionante sobre el punto penal, directo al ángulo. Parecía un gol de otro partido porque el juego tenía toda la pinta de terminar 0-0. Los dragones vuelven a casa quitándole el invicto a los blues, no habían perdido en lo que va Champions y además, rompieron el muro de un Chelsea que acumuló 435 minutos sin recibir gol. Sin embargo, la fiesta y la alegría en Londres será notable porque después de 7 años, su equipo volvió a meterse entre los mejores 4 del viejo continente.