EFE - Los púgiles Floyd Mayweather Jr., estadounidense, y Manny Pacquiao, filipino, superaron el pesaje oficial para la pelea de este sábado por la unificación del peso welter al estar ambos dentro del límite de las 147 libras (66,738 kilogramos).
Mayweather Jr., de 38 años, que fue el segundo en subir a la báscula instalada en el MGM Grand Garden Arena, donde se va a disputar la megapelea, dio 146 libras (66,284 kilogramos).
Mientras que Pacquiao, de 36 años, se quedó en las 145 (65,830 kilogramos) y nada más concluir el pesaje, el sonriente campeón filipino comenzó a comer una barra de chocolate.
También antes de llegar al pesaje desde su habitación del hotel confirmó que había comido, lo que demostró la gran confianza que tiene en la forma física con que se presenta a la pelea que batirá toda las marcas en ingresos.
La primera ya se logró al ver como todo el aforo del MGM Grand Garden Arena estuvo lleno de espectadores a pesar de que por primera vez en la historia de boxeo se cobró la entrada para un pesaje con un precio de 10 dólares por boleto que en la reventa llegaron a valer hasta 500 dólares.
La imagen de Pacquiao, que expone el título de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), fue siempre de total confianza, tranquilidad, y muy buena comunicación con los 16.700 espectadores que llenaron el MGM Grand Garden Arena, que lo vitorearon en todo momento.
Ni un mal gesto, seguro, sonriente, dando la mano a algunos aficionados, mientras era escoltado por personal de seguridad hasta el estrado donde se encontraba la báscula.
Ya arriba, lo primero que hizo, al ver al veterano promotor Bob Arum, fue abrazarlo, luego siguió sonriendo, se quitó el chándal rojo que llevaba puesto y mostró un físico impecable.
El mismo que mostró el campeón invicto, pero con una actitud personal muy diferente a la de Pacquiao, las sonrisas que dedicó fueron forzadas, no eran espontáneas, se le vio siempre serio y tenso, especialmente cuando tuvieron que ponerse frente a frente para la imagen y la foto que simbolizaba el final del pesaje.
Momento que Pacquiao aprovechó para darle a Mayweather Jr. las gracias por haber hecho posible que se realizase la pelea, acción que más tarde confirmó el propio campeón filipino.
"Si, le dije gracias por hacer posible esta pelea", declaró Pacquiao a la televisión. "Los aficionados se la merecen".
En cuanto al tener que boxear con un rival que es más alto y de mayor envergadura, Pacquiao dijo que lo había hecho antes y no tuvo ningún problema al recordar entre otros rivales al estadounidense Oscar De La Hoya.
"No me importa, mañana, el Señor está siempre conmigo y lo pondrá al alcance de mis manos", declaró el campeón filipino, considerado ya un héroe en su país. "Al margen que puedas ser un seguidor de Mayweather o de Manny Pacquiao, los aficionados se merecen la pelea".
Pacquiao, que tiene marca de 57-5-2, con 38 nocáuts, volvió a dar la mejor imagen del deporte del boxeo, al mostrarse como un auténtico campeón, con apoyo popular, al que no defraudó.
Mientras las apuestas en Las Vegas han cambiado a favor de Mayweather, una encuesta rápida de Twitter, que ofreció la cadena de televisión ESPN, también lo dieron como favorito al triunfo (52-48).
Por su parte, Mayweather Jr., que salió cubierto con todas prendas de auténtica promoción comercial de su compañía Mayweather Productions, no quiso confirmar o desmentir las gracias que le había dado Pacquiao, pero sí insistió en que "todos compren la pelea" cuando se le preguntó sobre su pronóstico. "No sé lo que dijo", declaró Mayweather Jr. con relación a las gracias que le ofreció Pacquiao.
"Mi objetivo es que tengo que estar centrado sobre lo que vamos hacer mañana. No respondí".
Mayweather Jr insistió que sigue todos los consejos de su padre, Floyd Mayweather, sin los cuales no podría estar donde se encuentra en estos momentos.
"Tengo que escuchar a mi padre. Sin él no estaría aquí", valoró Mayweather Jr. "Me he dedicado 20 años al deporte del boxeo y estoy listo para la pelea, por lo que les aconsejo que todos la vean a través de la televisión de pago".
De momento, lo que sí se pudo ver ya y comprobar durante la ceremonia del pesaje fue que Pacquiao recibió un gran respaldo popular, mientras que el campeón invicto (47-0), que expone los títulos welter del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) y de la Asociación Mundial (AMB), mostró su enfado al ver como una gran mayoría de aficionados le dedicaron silbidos en lugar de aplausos.
También antes de llegar al pesaje desde su habitación del hotel confirmó que había comido, lo que demostró la gran confianza que tiene en la forma física con que se presenta a la pelea que batirá toda las marcas en ingresos.
La primera ya se logró al ver como todo el aforo del MGM Grand Garden Arena estuvo lleno de espectadores a pesar de que por primera vez en la historia de boxeo se cobró la entrada para un pesaje con un precio de 10 dólares por boleto que en la reventa llegaron a valer hasta 500 dólares.
La imagen de Pacquiao, que expone el título de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), fue siempre de total confianza, tranquilidad, y muy buena comunicación con los 16.700 espectadores que llenaron el MGM Grand Garden Arena, que lo vitorearon en todo momento.
Ni un mal gesto, seguro, sonriente, dando la mano a algunos aficionados, mientras era escoltado por personal de seguridad hasta el estrado donde se encontraba la báscula.
Ya arriba, lo primero que hizo, al ver al veterano promotor Bob Arum, fue abrazarlo, luego siguió sonriendo, se quitó el chándal rojo que llevaba puesto y mostró un físico impecable.
El mismo que mostró el campeón invicto, pero con una actitud personal muy diferente a la de Pacquiao, las sonrisas que dedicó fueron forzadas, no eran espontáneas, se le vio siempre serio y tenso, especialmente cuando tuvieron que ponerse frente a frente para la imagen y la foto que simbolizaba el final del pesaje.
Momento que Pacquiao aprovechó para darle a Mayweather Jr. las gracias por haber hecho posible que se realizase la pelea, acción que más tarde confirmó el propio campeón filipino.
"Si, le dije gracias por hacer posible esta pelea", declaró Pacquiao a la televisión. "Los aficionados se la merecen".
En cuanto al tener que boxear con un rival que es más alto y de mayor envergadura, Pacquiao dijo que lo había hecho antes y no tuvo ningún problema al recordar entre otros rivales al estadounidense Oscar De La Hoya.
"No me importa, mañana, el Señor está siempre conmigo y lo pondrá al alcance de mis manos", declaró el campeón filipino, considerado ya un héroe en su país. "Al margen que puedas ser un seguidor de Mayweather o de Manny Pacquiao, los aficionados se merecen la pelea".
Pacquiao, que tiene marca de 57-5-2, con 38 nocáuts, volvió a dar la mejor imagen del deporte del boxeo, al mostrarse como un auténtico campeón, con apoyo popular, al que no defraudó.
Mientras las apuestas en Las Vegas han cambiado a favor de Mayweather, una encuesta rápida de Twitter, que ofreció la cadena de televisión ESPN, también lo dieron como favorito al triunfo (52-48).
Por su parte, Mayweather Jr., que salió cubierto con todas prendas de auténtica promoción comercial de su compañía Mayweather Productions, no quiso confirmar o desmentir las gracias que le había dado Pacquiao, pero sí insistió en que "todos compren la pelea" cuando se le preguntó sobre su pronóstico. "No sé lo que dijo", declaró Mayweather Jr. con relación a las gracias que le ofreció Pacquiao.
"Mi objetivo es que tengo que estar centrado sobre lo que vamos hacer mañana. No respondí".
Mayweather Jr insistió que sigue todos los consejos de su padre, Floyd Mayweather, sin los cuales no podría estar donde se encuentra en estos momentos.
"Tengo que escuchar a mi padre. Sin él no estaría aquí", valoró Mayweather Jr. "Me he dedicado 20 años al deporte del boxeo y estoy listo para la pelea, por lo que les aconsejo que todos la vean a través de la televisión de pago".
De momento, lo que sí se pudo ver ya y comprobar durante la ceremonia del pesaje fue que Pacquiao recibió un gran respaldo popular, mientras que el campeón invicto (47-0), que expone los títulos welter del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) y de la Asociación Mundial (AMB), mostró su enfado al ver como una gran mayoría de aficionados le dedicaron silbidos en lugar de aplausos.