EFE - El púgil filipino Manny Pacquiao se mostró sorprendido y frustrado al ver como los tres jueces de la pelea de unificación del título del peso welter que la pasada noche disputaron en Las Vegas dieron ganador por decisión unánime al estadounidense Floyd Mayweather Jr. cuando consideró que él había sido el vencedor.
"Creo que gané la pelea", declaró Pacquiao cuando todavía estaba sobre el cuadrilátero y fue entrevistado por las cadenas de televisión que trasmitieron la pelea. "Hice todo lo imposible por intentar que entrase en la pelea y nunca quiso".
Pacquiao, que dejó su marca en 57-6-2, con 38 triunfos por la vía del nocáut, intentó por todas las maneras dentro de sus posibilidades y estrategia entrar en la guardia de Mayweather Jr., que nunca fue el agresor, sino todo lo contrario, se limitó a mantener su estrategia de defensa impenetrable, correr por el cuadrilátero, y colocar los golpes que le hiciesen ganador ante los jueces como así sucedió.
Los tres jueces estadounidenses encabezados por Dave Moretti, que entregó una puntuación de 118-110 para el campeón invicto, y Burt Clemens con Glenn Feldman le dieron 116-112 cada uno a Mayweather Jr.
Es cierto que fue Pacquiao el que casi siempre intentó ser el agresor, pero al final fue insuficiente y sin valor para los que realmente tenían que decidir sobre la pelea, de no haber antes un nocáut.
El excampeón mundial filipino consideró errónea la puntuación de los jueces y que había hecho suficiente cosas sobre el cuadrilátero para merecer mejor resultado.
"Lancé golpes sólidos y creo que gané la pelea". Sin embargo, de acuerdo a estadísticas de Compubox, Mayweather (48-0), de 38 años, lanzó 435 golpes de los que acertó con 148, es decir, 34 por ciento.
Mientras que Pacquiao tiró 429, de los que sólo 81 fueron a dar al cuerpo del campeón Welter de la Asociación, Organización y Consejo Mundial de Boxeo, un 19 por ciento de acierto con sus golpes.
La misma fuente estadística, mostró que Pacquiao lanzó 236 golpes de poder, de los que conectó 63 para 27 por ciento, mientras que Mayweather intentó 168 golpes de poder, atinó 81 para un 48 por ciento.
"Creo que conecté más golpes que él", insistió Pacquiao, de 36 años. "Nunca me lastimó y estoy muy sorprendido de las anotaciones en las tarjetas de los jueces; le pegué muchas más veces".
Pacquiao, que se llevó una bolsa garantizada de 25 millones de dólares más los 80 que espera conseguir por los derechos de televisión de pago, reconoció que la velocidad, dinámica y estrategia de Mayweather Jr. hizo muy complicado que pudiera conectarlo con mayor fuerza.
"No pude tirar más golpes porque siempre se está moviendo alrededor", explicó el excampeón filipino. "No es fácil conectarlo. Si hubiera ido más de frente hubiera podido conectar más golpes".
Pacquiao insistió que la puntuación de los jueces no reflejó lo que sucedió sobre el cuadrilátero instalado en el MGM Grand Garden Arena, de Las Vegas (Nevada).
"De todos modos, pude ver sus golpes y nunca me hizo nada ni estuve en peligro", destacó Pacquiao. "Se estuvo moviendo para afuera. Estuve cortando el ring y lo encontré. Yo sí quería pelear".
En cuanto a lo que será su futuro, Pacquiao se limitó a decir que ahora se tomará unas vacaciones y luego pensará junto con su equipo cual será el siguiente paso que dará como profesional.
Por su parte, el entrenador de Pacquiao, Freddy Roach, admitió que durante el descanso entre los asaltos pidió que utilizara más combinaciones para tratar de encontrar el hueco en la guardia de Mayweather Jr.
Pero que fue insuficiente. "Nunca pudimos encontrar el blanco fijo", coincidió con Pacquiao. "Hay que reconocer que su estrategia de salirse de la distancia con Manny le funcionó muy bien a Mayweather Jr.".
Sin embargo, tanto Pacquiao como Roach rechazaron que la mayor altura y envergadura de Mayweather Jr. fue la que le impidiese ser más contundente en determinados momentos de la pelea, especialmente cuando trataba de hacerle daño al campeón invicto y siempre se escapaba del peligro.
"No se trata de tamaño, la estatura no importa", señaló Pacquiao. "He peleado contra otros más grandes y nunca fue factor. Fui capaz de manejar su poder. No es tan fuerte como rivales anteriores, como (Antonio) Margarito".
Pacquiao también sorprendió cuando dijo que había bajado el ritmo de la pelea en los dos últimos asaltos porque pensaba y estaba convencido que iba por delante en las tarjetas de los jueces.
Pacquiao, que dejó su marca en 57-6-2, con 38 triunfos por la vía del nocáut, intentó por todas las maneras dentro de sus posibilidades y estrategia entrar en la guardia de Mayweather Jr., que nunca fue el agresor, sino todo lo contrario, se limitó a mantener su estrategia de defensa impenetrable, correr por el cuadrilátero, y colocar los golpes que le hiciesen ganador ante los jueces como así sucedió.
Los tres jueces estadounidenses encabezados por Dave Moretti, que entregó una puntuación de 118-110 para el campeón invicto, y Burt Clemens con Glenn Feldman le dieron 116-112 cada uno a Mayweather Jr.
Es cierto que fue Pacquiao el que casi siempre intentó ser el agresor, pero al final fue insuficiente y sin valor para los que realmente tenían que decidir sobre la pelea, de no haber antes un nocáut.
El excampeón mundial filipino consideró errónea la puntuación de los jueces y que había hecho suficiente cosas sobre el cuadrilátero para merecer mejor resultado.
"Lancé golpes sólidos y creo que gané la pelea". Sin embargo, de acuerdo a estadísticas de Compubox, Mayweather (48-0), de 38 años, lanzó 435 golpes de los que acertó con 148, es decir, 34 por ciento.
Mientras que Pacquiao tiró 429, de los que sólo 81 fueron a dar al cuerpo del campeón Welter de la Asociación, Organización y Consejo Mundial de Boxeo, un 19 por ciento de acierto con sus golpes.
La misma fuente estadística, mostró que Pacquiao lanzó 236 golpes de poder, de los que conectó 63 para 27 por ciento, mientras que Mayweather intentó 168 golpes de poder, atinó 81 para un 48 por ciento.
"Creo que conecté más golpes que él", insistió Pacquiao, de 36 años. "Nunca me lastimó y estoy muy sorprendido de las anotaciones en las tarjetas de los jueces; le pegué muchas más veces".
Pacquiao, que se llevó una bolsa garantizada de 25 millones de dólares más los 80 que espera conseguir por los derechos de televisión de pago, reconoció que la velocidad, dinámica y estrategia de Mayweather Jr. hizo muy complicado que pudiera conectarlo con mayor fuerza.
"No pude tirar más golpes porque siempre se está moviendo alrededor", explicó el excampeón filipino. "No es fácil conectarlo. Si hubiera ido más de frente hubiera podido conectar más golpes".
Pacquiao insistió que la puntuación de los jueces no reflejó lo que sucedió sobre el cuadrilátero instalado en el MGM Grand Garden Arena, de Las Vegas (Nevada).
"De todos modos, pude ver sus golpes y nunca me hizo nada ni estuve en peligro", destacó Pacquiao. "Se estuvo moviendo para afuera. Estuve cortando el ring y lo encontré. Yo sí quería pelear".
En cuanto a lo que será su futuro, Pacquiao se limitó a decir que ahora se tomará unas vacaciones y luego pensará junto con su equipo cual será el siguiente paso que dará como profesional.
Por su parte, el entrenador de Pacquiao, Freddy Roach, admitió que durante el descanso entre los asaltos pidió que utilizara más combinaciones para tratar de encontrar el hueco en la guardia de Mayweather Jr.
Pero que fue insuficiente. "Nunca pudimos encontrar el blanco fijo", coincidió con Pacquiao. "Hay que reconocer que su estrategia de salirse de la distancia con Manny le funcionó muy bien a Mayweather Jr.".
Sin embargo, tanto Pacquiao como Roach rechazaron que la mayor altura y envergadura de Mayweather Jr. fue la que le impidiese ser más contundente en determinados momentos de la pelea, especialmente cuando trataba de hacerle daño al campeón invicto y siempre se escapaba del peligro.
"No se trata de tamaño, la estatura no importa", señaló Pacquiao. "He peleado contra otros más grandes y nunca fue factor. Fui capaz de manejar su poder. No es tan fuerte como rivales anteriores, como (Antonio) Margarito".
Pacquiao también sorprendió cuando dijo que había bajado el ritmo de la pelea en los dos últimos asaltos porque pensaba y estaba convencido que iba por delante en las tarjetas de los jueces.