Lo que pintaba como la redención de Ryan García en el corazón de Nueva York se convirtió en una noche para el olvido. Tras un año de suspensión por dopaje, "King Ry" volvió al ring en Times Square, pero fue superado por Rolly Romero, quien lo venció por decisión unánime con tarjetas de 115-112, 115-112 y 118-109.
Por: Mónica Delgado.
Por: Mónica Delgado.
Desde el inicio, García lució fuera de ritmo. En el segundo asalto, una combinación de Romero lo mandó a la lona, y aunque logró continuar, nunca encontró su ritmo. Romero aprovechó cada oportunidad, conectando golpes precisos y controlando el combate.
Esta derrota no solo afecta el récord de García, sino que también pone en pausa sus planes de una revancha con Devin Haney. Haney cumplió con su parte al vencer a José Carlos Ramírez esa misma noche, pero el tropiezo de García complica cualquier negociación futura.
García, quien había sido una de las promesas más brillantes del boxeo, ahora enfrenta un camino incierto. Su regreso fue empañado por la falta de preparación y la presión de demostrar que aún pertenece a la élite. Mientras tanto, Romero se posiciona como una figura a tener en cuenta en la división welter.
El boxeo es implacable, y una noche puede cambiarlo todo. Para García, esta fue una lección dura pero necesaria. Ahora, solo el tiempo dirá si puede reinventarse y volver a brillar en el cuadrilátero.
Esta derrota no solo afecta el récord de García, sino que también pone en pausa sus planes de una revancha con Devin Haney. Haney cumplió con su parte al vencer a José Carlos Ramírez esa misma noche, pero el tropiezo de García complica cualquier negociación futura.
García, quien había sido una de las promesas más brillantes del boxeo, ahora enfrenta un camino incierto. Su regreso fue empañado por la falta de preparación y la presión de demostrar que aún pertenece a la élite. Mientras tanto, Romero se posiciona como una figura a tener en cuenta en la división welter.
El boxeo es implacable, y una noche puede cambiarlo todo. Para García, esta fue una lección dura pero necesaria. Ahora, solo el tiempo dirá si puede reinventarse y volver a brillar en el cuadrilátero.