EFE - El Real Madrid firmó una nueva goleada liguera, la quinta consecutiva en una racha de ocho victorias que le asientan en el liderato, y castigó la valentía del Rayo Vallecano con una 'manita' de tantos (5-1), explotando su juego más vertical.
Regresó Gareth Bale a la titularidad en el mejor escenario posible, con un equipo lanzado y un rival que le iba como anillo al dedo. El Rayo, siempre valiente, salió a jugar con sus armas. Su entrenador, Paco Jémez, prohíbe renunciar al estilo a sus jugadores y ningún escenario le impresiona.
Son partidos en los que, antes que acabar perdiendo encerrado, opta por buscar el éxito arriesgando. Como suele pasar en el Santiago Bernabéu, le costó caro.
El Real Madrid saltó enchufado, empujado por su buena dinámica. A los pocos segundos Benzema ya metía un centro con peligro al área, poco después Cristiano comenzaba a probar la seguridad de Cristian Álvarez en su regreso.
El ambiente de euforia en el madridismo hizo que, pese a la lluvia, se rozase el lleno. La línea adelantada de la defensa del Rayo era una invitación a los desmarques veloces de Bale. El galés, rápido y con ganas de demostrar su calidad, aprovechó la primera que tuvo para jugar con más tranquilidad. No se cumplían los diez minutos cuando un error de Trashorras en la salida del balón acabó con un centro de Kroos y un remate a placer del galés.
El gol es su seña de identidad y su presencia invita a un juego más directo al Real Madrid. Sin Isco, hubo menos elaboración, toque y control del partido. La personalidad del rival también lo provocaba. El gol no afectó a la moral del equipo rayista, que por momentos se quiso apoderar de la posesión.
Cuando era madridista se convertía en juego directo. Cristiano buscaba reencontrarse con el gol tras un pequeño parón ante el Liverpool tras doce partidos consecutivos marcando. Tuvo dos ocasiones más que no definió bien. La más clara a los 18 minutos, solo a pase de James, cuando envió el balón a las nubes.
Precedió a momentos en los que el Rayo comenzó a inquietar. Presionando siempre arriba, valiente en la derrota. En su segunda oportunidad en la Liga, Keylor Navas no sería un espectador de lujo. De golpe tuvo que intervenir a un latigazo de Baptistao que se quitó del medio como pudo, a un disparo con efecto de Bueno que se envenenó y mandó a córner, y vio cómo otro intento de Baptistao se marchaba cerca de un poste tras un centro desde el costado de Quini que había sustituido a Insúa por lesión.
Pero el Real Madrid tiene dinamita arriba y aparece siempre. En un minuto James probó al portero rayista, Benzema remató un saque de esquina al travesaño y al siguiente intento Ramos lo hizo a la red.
El centro de James desde la esquina lo peinó Pepe y con un rodilla el central español puso el segundo en el electrónico.
Restaban cinco minutos para el descanso y el duro castigo tampoco hizo bajar la cabeza al Rayo.
Encontraría el premio a su actitud antes del asueto. Tito probó a Keylor por bajo y un error de James provocó que el marcador se apretase.
Cedió a un rival en vez de a su portero, Baptistao fue generoso con Bueno, que con calma sentó a Pepe y marcó a puerta vacía. El marcador invitó a arriesgar aún más a Paco.
Consciente de los espacios que dejaba a velocistas como Cristiano y Bale, buscó el tanto y, tras perdonar Modric la sentencia, en unos segundos pasó de conseguir el objetivo a ver el duelo perdido.
Marcó Baptistao en posición dudosa, ligeramente adelantado por milímetros al defensor, y el gol fue anulado por fuera de juego. Sacó rápido el Real Madrid y la lucha de Cristiano acabó con un pase atrás para el gol más bonito de la noche.
Lo firmó Kroos en un disparo que fue más un pase a la red.
Toque repleto de calidad con el interior del pie derecho, para diseñar una trayectoria imparable ajustada al palo.
Por si faltaba algo llegó el gol de un jugador en racha como Benzema.
En claro fuera de juego, tras un remate de Cristiano. La precisión del colegiado para el tanto anulado a Baptistao no la tuvo en una acción clara que vieron todos menos él.
El madridismo tuvo tiempo para disfrutar de la racha de su equipo, líder consolidado y que vneció con la autoridad que le falta en este momento a su gran rival, el Barcelona.
Y también para que Cristiano no faltase a su cita con el gol. Tras más intentos, lo encontró en el disparo más sencillo para el portero.
Calculó mal Cristian, que se había lucido con un disparo potente de Bale que repelió la madera, y el tiro de Ronaldo se le coló por debajo del cuerpo.
Son partidos en los que, antes que acabar perdiendo encerrado, opta por buscar el éxito arriesgando. Como suele pasar en el Santiago Bernabéu, le costó caro.
El Real Madrid saltó enchufado, empujado por su buena dinámica. A los pocos segundos Benzema ya metía un centro con peligro al área, poco después Cristiano comenzaba a probar la seguridad de Cristian Álvarez en su regreso.
El ambiente de euforia en el madridismo hizo que, pese a la lluvia, se rozase el lleno. La línea adelantada de la defensa del Rayo era una invitación a los desmarques veloces de Bale. El galés, rápido y con ganas de demostrar su calidad, aprovechó la primera que tuvo para jugar con más tranquilidad. No se cumplían los diez minutos cuando un error de Trashorras en la salida del balón acabó con un centro de Kroos y un remate a placer del galés.
El gol es su seña de identidad y su presencia invita a un juego más directo al Real Madrid. Sin Isco, hubo menos elaboración, toque y control del partido. La personalidad del rival también lo provocaba. El gol no afectó a la moral del equipo rayista, que por momentos se quiso apoderar de la posesión.
Cuando era madridista se convertía en juego directo. Cristiano buscaba reencontrarse con el gol tras un pequeño parón ante el Liverpool tras doce partidos consecutivos marcando. Tuvo dos ocasiones más que no definió bien. La más clara a los 18 minutos, solo a pase de James, cuando envió el balón a las nubes.
Precedió a momentos en los que el Rayo comenzó a inquietar. Presionando siempre arriba, valiente en la derrota. En su segunda oportunidad en la Liga, Keylor Navas no sería un espectador de lujo. De golpe tuvo que intervenir a un latigazo de Baptistao que se quitó del medio como pudo, a un disparo con efecto de Bueno que se envenenó y mandó a córner, y vio cómo otro intento de Baptistao se marchaba cerca de un poste tras un centro desde el costado de Quini que había sustituido a Insúa por lesión.
Pero el Real Madrid tiene dinamita arriba y aparece siempre. En un minuto James probó al portero rayista, Benzema remató un saque de esquina al travesaño y al siguiente intento Ramos lo hizo a la red.
El centro de James desde la esquina lo peinó Pepe y con un rodilla el central español puso el segundo en el electrónico.
Restaban cinco minutos para el descanso y el duro castigo tampoco hizo bajar la cabeza al Rayo.
Encontraría el premio a su actitud antes del asueto. Tito probó a Keylor por bajo y un error de James provocó que el marcador se apretase.
Cedió a un rival en vez de a su portero, Baptistao fue generoso con Bueno, que con calma sentó a Pepe y marcó a puerta vacía. El marcador invitó a arriesgar aún más a Paco.
Consciente de los espacios que dejaba a velocistas como Cristiano y Bale, buscó el tanto y, tras perdonar Modric la sentencia, en unos segundos pasó de conseguir el objetivo a ver el duelo perdido.
Marcó Baptistao en posición dudosa, ligeramente adelantado por milímetros al defensor, y el gol fue anulado por fuera de juego. Sacó rápido el Real Madrid y la lucha de Cristiano acabó con un pase atrás para el gol más bonito de la noche.
Lo firmó Kroos en un disparo que fue más un pase a la red.
Toque repleto de calidad con el interior del pie derecho, para diseñar una trayectoria imparable ajustada al palo.
Por si faltaba algo llegó el gol de un jugador en racha como Benzema.
En claro fuera de juego, tras un remate de Cristiano. La precisión del colegiado para el tanto anulado a Baptistao no la tuvo en una acción clara que vieron todos menos él.
El madridismo tuvo tiempo para disfrutar de la racha de su equipo, líder consolidado y que vneció con la autoridad que le falta en este momento a su gran rival, el Barcelona.
Y también para que Cristiano no faltase a su cita con el gol. Tras más intentos, lo encontró en el disparo más sencillo para el portero.
Calculó mal Cristian, que se había lucido con un disparo potente de Bale que repelió la madera, y el tiro de Ronaldo se le coló por debajo del cuerpo.