EFE - La definición y los goles del francés Antoine Griezman solucionaron una victoria práctica del Atlético de Madrid, al que le bastó, primero, con aprovechar las concesiones defensivas del Rayo para encarrilar el partido en 22 minutos y con un segundo tiempo serio, después, para sentenciar el encuentro.
No pasó apuros reales el conjunto rojiblanco ni con el 2-1 de Roberto Trashorras, superada la media hora, y respondió después del descanso con el 3-1 y unas cuantas dosis de convicción, ambición y firmeza defensiva, hoy liderada por un insuperable Joao Miranda, para cerrar un triunfo dirigido por el talento de Griezmann.
El crecimiento del internacional francés ya es imparable en el conjunto rojiblanco.
Superado el primer periodo de adaptación entre el once inicial y la suplencia, siempre con minutos, su titularidad ya es indiscutible a estas alturas de curso, como la aportación de su fútbol, su conducción y sus goles a los éxitos del colectivo.
La noche fue más o menos sencilla para el Atlético. En su análisis previo del duelo, contempló las concesiones atrás del Rayo, un equipo que maneja una idea invariable de salir con el balón jugado. Ningún pelotazo salvo apuro mayúsculo y muchas facilidades a cualquier adversario que esté atento para la presión.
\Simeone contó con tres hombres arriba, un sistema novedoso con una intención clarísima.
El primer gol, en el minuto 12, lo retrató a la perfección, trazo a trazo de forma milimétrica, desde que le cayó la pelota en las botas del portugués Zé Castro y Griezmann le interceptó el pase hasta la definición fenomenal del francés.
Con la misma calma que le transmiten sus infinitas cualidades técnicas y de goleador transformó el 2-0 una decena de minutos después, de nuevo solo ante Toño, esta vez con una prolongación del croata Mario Mandzukic que no vigiló de ninguna forma la defensa del Rayo.
Ni para marcarle encima ni para lanzar el fuera de juego. También le sobra clase a Trashorras, que reanimó el partido superada la media hora. Solo, en el borde del área del Atlético, mucho terreno para un futbolista de su precisión, se acomodó un pase del francés Gael Kakuta hacia el interior del pie derecho, desde el que lanzó un tiro tan ajustado como inalcanzable para Moyá (2-1).
Tres goles en 34 minutos y poco más, un cabezazo alto de Manucho, un lanzamiento de falta de Kakuta salvado por Mandzukic y algún amago y jugadas de estrategia del Atlético, en un primer tiempo con más goles que fútbol, con el equipo rojiblanco enredado por momentos en el sistema de ayudas y acumulación de futbolistas del Rayo, sobre todo por la derecha, el perfil más incontestable del bloque local.
El Atlético terminó la primera parte con algunas dudas, porque el Rayo ya merodeaba por los alrededores de su área, entre un centro del campo rojiblanco al ralentí, pero rearmó su determinación de vuelta del vestuario, con unas cuantas ocasiones y, aún más, con el 3-1 (m. 56) en propia puerta de Manucho tras un córner de Griezmann.
El equipo visitante buscó la reacción, inquietó algún momento a Moyá, Fernando Torres entró por Manzdukic y Raúl García por Arda, pero el partido ya no tenía historia desde el 3-1.
Ya estaba resuelto antes por Griezmann, que trazó una jugada sensacional culminada contra el poste para rubricar una actuación decisiva.
El crecimiento del internacional francés ya es imparable en el conjunto rojiblanco.
Superado el primer periodo de adaptación entre el once inicial y la suplencia, siempre con minutos, su titularidad ya es indiscutible a estas alturas de curso, como la aportación de su fútbol, su conducción y sus goles a los éxitos del colectivo.
La noche fue más o menos sencilla para el Atlético. En su análisis previo del duelo, contempló las concesiones atrás del Rayo, un equipo que maneja una idea invariable de salir con el balón jugado. Ningún pelotazo salvo apuro mayúsculo y muchas facilidades a cualquier adversario que esté atento para la presión.
\Simeone contó con tres hombres arriba, un sistema novedoso con una intención clarísima.
El primer gol, en el minuto 12, lo retrató a la perfección, trazo a trazo de forma milimétrica, desde que le cayó la pelota en las botas del portugués Zé Castro y Griezmann le interceptó el pase hasta la definición fenomenal del francés.
Con la misma calma que le transmiten sus infinitas cualidades técnicas y de goleador transformó el 2-0 una decena de minutos después, de nuevo solo ante Toño, esta vez con una prolongación del croata Mario Mandzukic que no vigiló de ninguna forma la defensa del Rayo.
Ni para marcarle encima ni para lanzar el fuera de juego. También le sobra clase a Trashorras, que reanimó el partido superada la media hora. Solo, en el borde del área del Atlético, mucho terreno para un futbolista de su precisión, se acomodó un pase del francés Gael Kakuta hacia el interior del pie derecho, desde el que lanzó un tiro tan ajustado como inalcanzable para Moyá (2-1).
Tres goles en 34 minutos y poco más, un cabezazo alto de Manucho, un lanzamiento de falta de Kakuta salvado por Mandzukic y algún amago y jugadas de estrategia del Atlético, en un primer tiempo con más goles que fútbol, con el equipo rojiblanco enredado por momentos en el sistema de ayudas y acumulación de futbolistas del Rayo, sobre todo por la derecha, el perfil más incontestable del bloque local.
El Atlético terminó la primera parte con algunas dudas, porque el Rayo ya merodeaba por los alrededores de su área, entre un centro del campo rojiblanco al ralentí, pero rearmó su determinación de vuelta del vestuario, con unas cuantas ocasiones y, aún más, con el 3-1 (m. 56) en propia puerta de Manucho tras un córner de Griezmann.
El equipo visitante buscó la reacción, inquietó algún momento a Moyá, Fernando Torres entró por Manzdukic y Raúl García por Arda, pero el partido ya no tenía historia desde el 3-1.
Ya estaba resuelto antes por Griezmann, que trazó una jugada sensacional culminada contra el poste para rubricar una actuación decisiva.