Los Chicago Cubs pusieron fin a la maldición, venciendo a los Indios de Cleveland en 10 entradas por 8-7 en el decisivo séptimo partido de la Serie Mundial, que ganaron por 4-3 al mejor de siete.
Por Miguel Gámez
Por Miguel Gámez
Las expectativas para el séptimo juego de la Serie Mundial entre los Cachorros de Chicago y los Indios de Cleveland eran altas.
Entre los dos llevaban 176 años de sequía del título más preciado del béisbol. La misma se extendía desde 1908 para los Cachorros y desde 1948 para los Indios y era considerada como una de las maldiciones más famosas de la historia del deporte: la de la cabra Billy. En verdad, la cabra se llamaba Murphy y su dueño era William "Billy" Sianis.
Cuenta la leyenda que este fanático de los Cachorros no pudo entrar al estadio en la Serie Mundial de 1945 junto a su mascota, que tenía su respectiva entrada, y en el enojo arrojó una maldición al equipo de Chicago.
Fue un enfrentamiento épico con un final histórico de esos que se ven en las películas, hasta hubo una torrencial lluvia que puso una pausa, sin enfriar las emociones de los protagonistas y para la delicia de los guionistas de cine.
Por quinta vez en la historia de la Serie Mundial, el séptimo partido se tuvo que decidir en extra innings.
El corredor emergente de origen cubano Albert Almora Jr. con doblete impulsador del jardinero izquierdo Ben Zobrist anotó la carrera de la ventaja y que rompió el empate a 6-6 y otro bateador emergente el veterano receptor venezolano Miguel Montero pegó sencillo que llevó al primera base Anthony Rizzo a la registradora para el 8-6 que luego sería la carrera de la victoria.
Los Indios reaccionaron con anotación del bateador emergente Brandon Guyer al aprovechar el sencillo impulsador del jardinero central.
La victoria se la quedó el relevista cubano Aroldis Chapman, que trabajó una entrada y un tercio, cedió tres imparables, incluido jonrón de dos carreras, no dio bases por bolas y abanicó a dos bateadores rivales.
El relevista zurdo Mike Montgomery se encargó de sacar el último "out" del partido y se quedó con el rescate. Esa había sido la última oportunidad de los Cachorros de conseguir el título del clásico de otoño, el cual perdieron en el séptimo juego frente a los Tigres de Detroit.
Contra Cleveland están desafiando las estadísticas para darle un giro a la historia, como en su momento lo hicieron los Medias Rojas de Boston y los Medias Blancas de Chicago, equipos que también sufrieron cerca de un siglo antes de volver a ganar la Serie Mundial.
Sin embargo, para los Cachorros, esta victoria significó más, ya que se convierten en el primer equipo en remontar una desventaja de 3-1 desde que lo hicieron los Reales de Kansas City en 1985.
Además, son los primeros en recuperar una diferencia similar ganando sus dos últimos partidos de visitante como lo hicieron los Piratas de Pittsburgh en 1979.
Fue cuando apareció la figura del colombiano Edgar Rentería en la onceava entrada para acabar con toda la ilusión de los Indios, que ya habían sufrido dos decepciones en 1995 (cuando perdieron en seis encuentros contra los Bravos de Atlanta) y en 1954 (ocasión en la que fueron barridos por los Gigantes de Nueva York).
EN esta película, el final feliz estaba escrito para los Cachorros.
Entre los dos llevaban 176 años de sequía del título más preciado del béisbol. La misma se extendía desde 1908 para los Cachorros y desde 1948 para los Indios y era considerada como una de las maldiciones más famosas de la historia del deporte: la de la cabra Billy. En verdad, la cabra se llamaba Murphy y su dueño era William "Billy" Sianis.
Cuenta la leyenda que este fanático de los Cachorros no pudo entrar al estadio en la Serie Mundial de 1945 junto a su mascota, que tenía su respectiva entrada, y en el enojo arrojó una maldición al equipo de Chicago.
Fue un enfrentamiento épico con un final histórico de esos que se ven en las películas, hasta hubo una torrencial lluvia que puso una pausa, sin enfriar las emociones de los protagonistas y para la delicia de los guionistas de cine.
Por quinta vez en la historia de la Serie Mundial, el séptimo partido se tuvo que decidir en extra innings.
El corredor emergente de origen cubano Albert Almora Jr. con doblete impulsador del jardinero izquierdo Ben Zobrist anotó la carrera de la ventaja y que rompió el empate a 6-6 y otro bateador emergente el veterano receptor venezolano Miguel Montero pegó sencillo que llevó al primera base Anthony Rizzo a la registradora para el 8-6 que luego sería la carrera de la victoria.
Los Indios reaccionaron con anotación del bateador emergente Brandon Guyer al aprovechar el sencillo impulsador del jardinero central.
La victoria se la quedó el relevista cubano Aroldis Chapman, que trabajó una entrada y un tercio, cedió tres imparables, incluido jonrón de dos carreras, no dio bases por bolas y abanicó a dos bateadores rivales.
El relevista zurdo Mike Montgomery se encargó de sacar el último "out" del partido y se quedó con el rescate. Esa había sido la última oportunidad de los Cachorros de conseguir el título del clásico de otoño, el cual perdieron en el séptimo juego frente a los Tigres de Detroit.
Contra Cleveland están desafiando las estadísticas para darle un giro a la historia, como en su momento lo hicieron los Medias Rojas de Boston y los Medias Blancas de Chicago, equipos que también sufrieron cerca de un siglo antes de volver a ganar la Serie Mundial.
Sin embargo, para los Cachorros, esta victoria significó más, ya que se convierten en el primer equipo en remontar una desventaja de 3-1 desde que lo hicieron los Reales de Kansas City en 1985.
Además, son los primeros en recuperar una diferencia similar ganando sus dos últimos partidos de visitante como lo hicieron los Piratas de Pittsburgh en 1979.
Fue cuando apareció la figura del colombiano Edgar Rentería en la onceava entrada para acabar con toda la ilusión de los Indios, que ya habían sufrido dos decepciones en 1995 (cuando perdieron en seis encuentros contra los Bravos de Atlanta) y en 1954 (ocasión en la que fueron barridos por los Gigantes de Nueva York).
EN esta película, el final feliz estaba escrito para los Cachorros.