Jordi Alba ha decidido poner fin a su carrera profesional al término de la temporada 2025, cerrando así una trayectoria brillante que lo consagra como uno de los mejores laterales izquierdos de la historia reciente. A sus 36 años, el jugador del Inter Miami anunció su retiro a través de un emotivo video en redes sociales, donde afirmó que siente paz y satisfacción por todo lo que logró, y que considera que ha llegado el momento adecuado para despedirse del fútbol competitivo.
Por: Mónica Delgado.
Por: Mónica Delgado.
Su anuncio, aunque esperado por algunos, sorprendió a la mayoría, ya que hace pocos meses había extendido su contrato con el equipo de Florida hasta 2027, lo que demostraba su deseo de seguir vinculado al proyecto encabezado por Lionel Messi, Sergio Busquets y Luis Suárez.
La decisión de Jordi Alba representa el cierre de una era. Forjado en la cantera del Barcelona, vivió su mejor etapa en el club catalán, donde conquistó múltiples títulos nacionales e internacionales. Fue pieza clave en el esquema de Luis Enrique y también bajo Ernesto Valverde, destacando por su velocidad, su capacidad para incorporarse al ataque y su entendimiento casi telepático con Lionel Messi. Con el Barça ganó Ligas, Copas del Rey y la Champions League, pero más allá de los trofeos, dejó una marca indeleble por su estilo de juego, que combinaba agresividad defensiva con precisión ofensiva.
En la selección española, Jordi Alba fue protagonista de una de las etapas más gloriosas del fútbol ibérico. Debutó en 2011 y rápidamente se ganó un puesto fijo en la banda izquierda. Su consagración llegó en la Eurocopa 2012, donde anotó en la final frente a Italia y ayudó a España a revalidar su título continental. En total, disputó más de 90 partidos con la Roja y, tras más de una década de servicio, anunció su adiós a la selección en 2023, con la satisfacción de haberlo dado todo por su país.
Su llegada al Inter Miami en 2023 marcó el inicio de una nueva aventura en la MLS, donde se reencontró con Messi y Busquets, compañeros con los que compartió tantos momentos de gloria en el Camp Nou. En Estados Unidos, Alba demostró que aún tenía fútbol para rato: aportó experiencia, liderazgo y asistencias clave para que el equipo se consolidara como uno de los más competitivos del torneo. Junto con sus viejos amigos, ayudó a conquistar la Leagues Cup y llevó a Inter Miami a sus primeros playoffs con un estilo de juego vistoso y efectivo.
El anuncio de su retiro ha generado una ola de mensajes de afecto en todo el mundo del fútbol. Lionel Messi le dedicó unas palabras llenas de nostalgia, recordando los años compartidos y la complicidad dentro y fuera del campo. También lo hicieron Suárez, Neymar y varios excompañeros del Barcelona, quienes destacaron su profesionalismo, su carisma y su eterna sonrisa. Los hinchas del Barça lo recuerdan como un jugador incansable, símbolo de entrega y orgullo culé, mientras que en Miami ya lo consideran parte fundamental de la historia reciente del club.
Alba cierra una carrera de más de 800 partidos profesionales, repleta de títulos, goles y asistencias que lo colocan en la élite de los laterales modernos. Se retira con el respeto de todos, con la admiración de compañeros y rivales, y con la satisfacción de haberlo ganado prácticamente todo. Su adiós marca el fin de una generación dorada que cambió la manera de entender el fútbol en España y en el Barcelona. Aunque cuelga las botas, su legado seguirá vivo en cada niño que corre por la banda izquierda soñando con marcar un gol como el que él anotó en aquella final de 2012.
La decisión de Jordi Alba representa el cierre de una era. Forjado en la cantera del Barcelona, vivió su mejor etapa en el club catalán, donde conquistó múltiples títulos nacionales e internacionales. Fue pieza clave en el esquema de Luis Enrique y también bajo Ernesto Valverde, destacando por su velocidad, su capacidad para incorporarse al ataque y su entendimiento casi telepático con Lionel Messi. Con el Barça ganó Ligas, Copas del Rey y la Champions League, pero más allá de los trofeos, dejó una marca indeleble por su estilo de juego, que combinaba agresividad defensiva con precisión ofensiva.
En la selección española, Jordi Alba fue protagonista de una de las etapas más gloriosas del fútbol ibérico. Debutó en 2011 y rápidamente se ganó un puesto fijo en la banda izquierda. Su consagración llegó en la Eurocopa 2012, donde anotó en la final frente a Italia y ayudó a España a revalidar su título continental. En total, disputó más de 90 partidos con la Roja y, tras más de una década de servicio, anunció su adiós a la selección en 2023, con la satisfacción de haberlo dado todo por su país.
Su llegada al Inter Miami en 2023 marcó el inicio de una nueva aventura en la MLS, donde se reencontró con Messi y Busquets, compañeros con los que compartió tantos momentos de gloria en el Camp Nou. En Estados Unidos, Alba demostró que aún tenía fútbol para rato: aportó experiencia, liderazgo y asistencias clave para que el equipo se consolidara como uno de los más competitivos del torneo. Junto con sus viejos amigos, ayudó a conquistar la Leagues Cup y llevó a Inter Miami a sus primeros playoffs con un estilo de juego vistoso y efectivo.
El anuncio de su retiro ha generado una ola de mensajes de afecto en todo el mundo del fútbol. Lionel Messi le dedicó unas palabras llenas de nostalgia, recordando los años compartidos y la complicidad dentro y fuera del campo. También lo hicieron Suárez, Neymar y varios excompañeros del Barcelona, quienes destacaron su profesionalismo, su carisma y su eterna sonrisa. Los hinchas del Barça lo recuerdan como un jugador incansable, símbolo de entrega y orgullo culé, mientras que en Miami ya lo consideran parte fundamental de la historia reciente del club.
Alba cierra una carrera de más de 800 partidos profesionales, repleta de títulos, goles y asistencias que lo colocan en la élite de los laterales modernos. Se retira con el respeto de todos, con la admiración de compañeros y rivales, y con la satisfacción de haberlo ganado prácticamente todo. Su adiós marca el fin de una generación dorada que cambió la manera de entender el fútbol en España y en el Barcelona. Aunque cuelga las botas, su legado seguirá vivo en cada niño que corre por la banda izquierda soñando con marcar un gol como el que él anotó en aquella final de 2012.