Anoche, sábado 31 de agosto de 2025, el Lumen Field vibró como nunca: 69,314 espectadores, récord absoluto, presenciaron cómo los Seattle Sounders culminaron una temporada épica al vencer 3-0 a Inter Miami y conquistar su primera Leagues Cup. Con este triunfo, Seattle se convierte en el primer club de Estados Unidos en completar el quíntuple continental y doméstico: MLS Cup, Lamar Hunt U.S. Open Cup, Concacaf Champions Cup, Supporters’ Shield y ahora la Leagues Cup.
Por: Mónica Delgado.
Por: Mónica Delgado.
El partido se resolvió con total contundencia. Osaze De Rosario abrió el marcador al minuto 26 con un cabezazo impecable tras centro de Alex Roldán. Ya en el minuto 84, Roldán anotó de penal, y para cerrar la fiesta, Paul Rothrock definió al filo del final con un zapatazo cruzado que desató la euforia local. Además, Roldán fue elegido el “Man of the Match” por su gol y dos asistencias.
Fue una victoria histórica para los Sounders, que ya acumulaban ocho trofeos mayores, y ahora suman el noveno con esta Leagues Cup. Además, el triunfo les asegura un cupo directo en los octavos de final de la Concacaf Champions Cup 2026, mientras que Inter Miami también se clasifica para una etapa anterior del certamen.
Pero no todo fue fiesta. El final del encuentro estuvo marcado por un bochornoso altercado: al silbatazo final, Luis Suárez, visiblemente frustrado, agarró al joven Obed Vargas del cuello, lo empujó y desencadenó una pelea entre jugadores y personal de ambos bandos. En medio del caos, Suárez fue captado escupiendo a uno de los integrantes del staff de seguridad de Seattle, una imagen que rápidamente se viralizó. La situación generó fuertes críticas, y el comité disciplinario de la competencia ya está analizando posibles sanciones. El técnico Brian Schmetzer intentó restarle dramatismo al incidente: “Fue un gran partido de mi equipo, y no quiero que esto nuble su logro”, declaró.
Más allá de la polémica, el protagonismo absoluto fue para Seattle. Con una presión alta, intensidad en cada línea y la contundencia de sus jóvenes figuras, los Sounders borraron de la cancha a un Inter Miami que nunca encontró reacción. Incluso con Messi intentando conectar entre líneas, la zaga comandada por Yeimar Gómez y Jackson Ragen lo neutralizó por completo. En ataque, De Rosario se consolidó como el futuro del club, mientras que veteranos como Roldán y Lodeiro reafirmaron el carácter de un equipo que ha sabido reinventarse.
Para Seattle, este título significa más que un trofeo: confirma su hegemonía en la MLS y en el área de Concacaf, reafirmando al club como el gran referente del fútbol estadounidense. La afición celebró con un mosaico inolvidable, consciente de que este equipo ha escrito una página dorada en la historia. Y aunque la sombra del altercado con Suárez quedará en la memoria, lo cierto es que lo deportivo pesará más: Seattle Sounders levantó la Leagues Cup con autoridad y se consagró como el gigante que todo el continente ahora respeta.
Fue una victoria histórica para los Sounders, que ya acumulaban ocho trofeos mayores, y ahora suman el noveno con esta Leagues Cup. Además, el triunfo les asegura un cupo directo en los octavos de final de la Concacaf Champions Cup 2026, mientras que Inter Miami también se clasifica para una etapa anterior del certamen.
Pero no todo fue fiesta. El final del encuentro estuvo marcado por un bochornoso altercado: al silbatazo final, Luis Suárez, visiblemente frustrado, agarró al joven Obed Vargas del cuello, lo empujó y desencadenó una pelea entre jugadores y personal de ambos bandos. En medio del caos, Suárez fue captado escupiendo a uno de los integrantes del staff de seguridad de Seattle, una imagen que rápidamente se viralizó. La situación generó fuertes críticas, y el comité disciplinario de la competencia ya está analizando posibles sanciones. El técnico Brian Schmetzer intentó restarle dramatismo al incidente: “Fue un gran partido de mi equipo, y no quiero que esto nuble su logro”, declaró.
Más allá de la polémica, el protagonismo absoluto fue para Seattle. Con una presión alta, intensidad en cada línea y la contundencia de sus jóvenes figuras, los Sounders borraron de la cancha a un Inter Miami que nunca encontró reacción. Incluso con Messi intentando conectar entre líneas, la zaga comandada por Yeimar Gómez y Jackson Ragen lo neutralizó por completo. En ataque, De Rosario se consolidó como el futuro del club, mientras que veteranos como Roldán y Lodeiro reafirmaron el carácter de un equipo que ha sabido reinventarse.
Para Seattle, este título significa más que un trofeo: confirma su hegemonía en la MLS y en el área de Concacaf, reafirmando al club como el gran referente del fútbol estadounidense. La afición celebró con un mosaico inolvidable, consciente de que este equipo ha escrito una página dorada en la historia. Y aunque la sombra del altercado con Suárez quedará en la memoria, lo cierto es que lo deportivo pesará más: Seattle Sounders levantó la Leagues Cup con autoridad y se consagró como el gigante que todo el continente ahora respeta.
