EFE – El choque entre los dos peores equipos de la Conferencia Oeste se saldó con victoria para Los Angeles Lakers frente a los Sacramento Kings gracias a su récord de triples anotados (19) en una noche fastuosa de Jordan Farmar desde la larga distancia.
Farmar acabó con 30 puntos en una serie de 8/10 en triples, cifra récord en su carrera en la NBA. Pau Gasol añadió 22 puntos, 5 rebotes y 6 asistencias. Por Sacramento, sin DeMarcus Cousins -de baja por sanción-, los mejores fueron Rudy Gay con 32 tantos y la pareja formada por Isaiah Thomas y Derrick Williams, ambos con 26 puntos.
Los Lakers se han impuesto en 11 de los últimos 12 partidos frente a los Kings en el Staples Center. La última vez que cuatro jugadores angelinos anotaron 20 puntos o más en un encuentro fue en 1998 (Kobe Bryant, Shaquille O’Neal, Eddie Jones y Nick Van Exel).
En un partido sin nada que perder, se confirmó la rápida adaptación de Kent Bazemore y MarShon Brooks a los esquemas ofensivos de Mike D’Antoni y la reivindicación del papel de Gasol en la zona dentro de una estrategia donde prima la amenaza exterior.
Un alley-oop en transición culminado por el español arrancó los aplausos del Staples Center, que se las prometía muy felices viendo la escasa intensidad del rival (18-11), pero la situación dio un giro de 180 grados en cuanto el pívot de los Lakers se fue al banquillo.
Los Lakers se han impuesto en 11 de los últimos 12 partidos frente a los Kings en el Staples Center. La última vez que cuatro jugadores angelinos anotaron 20 puntos o más en un encuentro fue en 1998 (Kobe Bryant, Shaquille O’Neal, Eddie Jones y Nick Van Exel).
En un partido sin nada que perder, se confirmó la rápida adaptación de Kent Bazemore y MarShon Brooks a los esquemas ofensivos de Mike D’Antoni y la reivindicación del papel de Gasol en la zona dentro de una estrategia donde prima la amenaza exterior.
Un alley-oop en transición culminado por el español arrancó los aplausos del Staples Center, que se las prometía muy felices viendo la escasa intensidad del rival (18-11), pero la situación dio un giro de 180 grados en cuanto el pívot de los Lakers se fue al banquillo.
Un triple de Orlando Johnson dejó el 27-31 al término del primer cuarto y Sacramento, de la mano de unos excelsos Rudy Gay y Derrick Williams, reaccionó de forma potente y se puso por delante (30-42) aprovechando la debilidad de la segunda unidad de los Lakers, con unos Chris Kaman y Jordan Hill particularmente desentonados que no volvieron a la cancha en todo el partido.
Tuvo que volver a pista Gasol -18 puntos al descanso con un 75 por ciento de acierto en tiros- para restablecer el orden (50-48) aunque fuera momentáneamente, porque los de Mike Malone se mostraron mucho más agresivos y volvieron a tomar la delantera al descanso (54-65).
Lo consiguieron a base de penetraciones, aprovechando sobre todo las lagunas defensivas del base Kendall Marshall.
Los angelinos, no obstante, no tiraron la toalla y dos triples consecutivos de Jodie Meeks prometían resistencia (71-75).
Gasol, excelso en defensa, colocó un tapón sobre el intento de mate de Gay y su lenguaje corporal, golpeándose el pecho con el puño, no dejaba lugar a la duda: mordía por llevarse la victoria. Ese espíritu resultó contagioso y sus compañeros, cuando peor pintaban las cosas (79-93), dieron un paso adelante, especialmente desde el perímetro.
Los triples dieron alas al equipo (95-99 a falta de un cuarto) y, sobre todo, esperanza renovada. Ryan Kelly y MarShon Brooks se encargaron de enardecer al público y con sendos lanzamientos de larga distancia empataron el choque (105-105) a falta de 9 minutos, un muro derribado finalmente gracias al arsenal desplegado por Farmar.
En esos instantes finales los de D’Antoni ofrecieron su mejor versión, sin egoísmos, haciendo gala de una eficaz circulación de balón que, en este caso, culminaba en un triple tras otro para concretar un festival histórico que demostró que, aún enterrados, aún hay señales de vida en los de púrpura y oro.
Tuvo que volver a pista Gasol -18 puntos al descanso con un 75 por ciento de acierto en tiros- para restablecer el orden (50-48) aunque fuera momentáneamente, porque los de Mike Malone se mostraron mucho más agresivos y volvieron a tomar la delantera al descanso (54-65).
Lo consiguieron a base de penetraciones, aprovechando sobre todo las lagunas defensivas del base Kendall Marshall.
Los angelinos, no obstante, no tiraron la toalla y dos triples consecutivos de Jodie Meeks prometían resistencia (71-75).
Gasol, excelso en defensa, colocó un tapón sobre el intento de mate de Gay y su lenguaje corporal, golpeándose el pecho con el puño, no dejaba lugar a la duda: mordía por llevarse la victoria. Ese espíritu resultó contagioso y sus compañeros, cuando peor pintaban las cosas (79-93), dieron un paso adelante, especialmente desde el perímetro.
Los triples dieron alas al equipo (95-99 a falta de un cuarto) y, sobre todo, esperanza renovada. Ryan Kelly y MarShon Brooks se encargaron de enardecer al público y con sendos lanzamientos de larga distancia empataron el choque (105-105) a falta de 9 minutos, un muro derribado finalmente gracias al arsenal desplegado por Farmar.
En esos instantes finales los de D’Antoni ofrecieron su mejor versión, sin egoísmos, haciendo gala de una eficaz circulación de balón que, en este caso, culminaba en un triple tras otro para concretar un festival histórico que demostró que, aún enterrados, aún hay señales de vida en los de púrpura y oro.