El veterano tenista suizo venía de disputar un desgastante juego de más de tres horas en los dieciseisavos de final contra Dominik Koepfer y eso le pasó factura en el tema físico, puntualmente en la rodilla que se operó dos veces en 2020. “Su majestad” no quiso arriesgar y decidió bajarse del torneo.
Por: Alejandro Mejicanos.
Por: Alejandro Mejicanos.
Cuando se llega a cierta edad, hay algunas cosas que el cuerpo ya no permite hacer y eso lo entiende perfectamente Roger Federer, consciente de que su rodilla ha sido operada en dos ocasiones durante 2020, y antes de pasar un susto, prefiere irse a casa.
El tenista de 39 años avanzaba con paso firme en el Roland Garros, tres salidas a la tierra batida y tres victorias, sin embargo, solamente en la primera ronda pudo solventar el juego de manera rápida. En la segunda ronda, Marin Cilic provocó que el suizo hiciera un esfuerzo extra para superarle, terminando el juego en cuatro sets, incluido un Tie Break… Pero el partido que “le mató” fue en los dieciseisavos de final frente al alemán Dominik Koepfer, ahí Federer tuvo que afrontar tres sets consecutivos llegando a Tie Break y el último lo ganó 7-5, clasificando a octavos, pero con un desgaste de más de 3 horas y media de juego.
“Después de hablarlo con mi equipo, he decidido abandonar. Tras dos cirugías y más de un año de rehabilitación es importante escuchar a mi cuerpo y no llevarlo al límite demasiado rápido”, ese es el texto que publicó Federer en sus redes sociales, confirmando su retiro del Abierto Francés. Matteo Berrettini era su rival en la siguiente fase, pero ante esta situación, el italiano clasificó directo a Cuartos de Final.
De esta forma, “su majestad” quedó fuera de la competición, consciente además que tarde o temprano, en caso de seguir avanzando, se enfrentaría a Nadal, Djokovic, Medvedev o Tsitsipas, tenistas que están a mejor nivel y que en arcilla les va muy bien. Roger prefiere ser paciente, no forzar, y apuntarle a Wimbledon, donde el césped, su superficie predilecta, podría jugar a su favor.
En cualquier caso, este Roland Garros podría dejarnos una marca histórica. Ahora mismo, tanto Federer como Nadal tienen 20 títulos de Grand Slam, y si el español termina campeón, se convertiría en el máximo ganador de este deporte, superando al suizo que no actualiza su palmarés de grandes torneos desde el Australian Open en 2018.
El tenista de 39 años avanzaba con paso firme en el Roland Garros, tres salidas a la tierra batida y tres victorias, sin embargo, solamente en la primera ronda pudo solventar el juego de manera rápida. En la segunda ronda, Marin Cilic provocó que el suizo hiciera un esfuerzo extra para superarle, terminando el juego en cuatro sets, incluido un Tie Break… Pero el partido que “le mató” fue en los dieciseisavos de final frente al alemán Dominik Koepfer, ahí Federer tuvo que afrontar tres sets consecutivos llegando a Tie Break y el último lo ganó 7-5, clasificando a octavos, pero con un desgaste de más de 3 horas y media de juego.
“Después de hablarlo con mi equipo, he decidido abandonar. Tras dos cirugías y más de un año de rehabilitación es importante escuchar a mi cuerpo y no llevarlo al límite demasiado rápido”, ese es el texto que publicó Federer en sus redes sociales, confirmando su retiro del Abierto Francés. Matteo Berrettini era su rival en la siguiente fase, pero ante esta situación, el italiano clasificó directo a Cuartos de Final.
De esta forma, “su majestad” quedó fuera de la competición, consciente además que tarde o temprano, en caso de seguir avanzando, se enfrentaría a Nadal, Djokovic, Medvedev o Tsitsipas, tenistas que están a mejor nivel y que en arcilla les va muy bien. Roger prefiere ser paciente, no forzar, y apuntarle a Wimbledon, donde el césped, su superficie predilecta, podría jugar a su favor.
En cualquier caso, este Roland Garros podría dejarnos una marca histórica. Ahora mismo, tanto Federer como Nadal tienen 20 títulos de Grand Slam, y si el español termina campeón, se convertiría en el máximo ganador de este deporte, superando al suizo que no actualiza su palmarés de grandes torneos desde el Australian Open en 2018.