El Salvador ganó, gustó y goleó en su primer partido del Premundial Sub-20 de Concacaf, ante una Guatemala que lució endeble y sin respuesta al vendaval. Harold Osorio, el capitán salvadoreño, fue el MVP con un gol y doblete de asistencias. Todo esto, pese a los bochornos de FESFUT.
Por: Walter Martínez.
Por: Walter Martínez.
La Selección Sub-20 de El Salvador arrancó el Premundial Sub-20 de Concacaf con una victoria ilusionante sobre Guatemala, dejando en evidencia el buen trabajo preparación y la calidad del plantel, pero además, demostró madurez para separar los aspectos deportivos de los administrativos.
Alrededor de 48 horas antes, los jugadores emitieron un comunicado para denunciar faltas de respeto y poco profesionalismo de por parte del Comité Ejecutivo de la Federación Salvadoreña de Fútbol (FESFUT), argumentando, entre otras cosas, la ausencia de premios/incentivos económicos.
En la parte final de dicho escrito se lee: “reiteramos que estamos totalmente comprometidos con el país. Estas acciones de parte del Comité Ejecutivo no afectará con nuestro rendimiento dentro del terreno de juego”… Y así fue.
Desde los primeros compases, El Salvador se adueñó del balón y atacó a su antojo por la bandas, hasta que a la salida de un córner, la defensa chapina rechazó erróneamente sobre el centro y ahí apareció Alexander Romero para acomodarla de pecho y clavarla en el ángulo rival (15’).
Luego, al 34’ y tras fallar un par de ocasiones más, Harold Osorio le puso un bombón a Andrés Rivas que, rompió el fuera de juego, dribló al arquero, definió a puerta vacía y justo se antepuso el defensor, Adrián Recinos, para marcar un autogol que duplicó la ventaja. La superioridad de la “Azulita” pudo mandarles al descanso con un marcador mucho más abultado, pero la efectividad fue el mayor problema.
Guatemala reaccionó en la segunda mitad de la mano de su futbolista más talentoso, Arquímedes Ordóñez, recibiendo un balón en tres cuartos de cancha, conduciendo ante la marca de los salvadoreños, quitándose de encima a Alejandro Cano y entrando al área para sacar un bombazo inatajable que significó el 2-1.
En ese momento, parecía que El Salvador podría volver a sufrir la falta de contundencia, sin embargo, se sobrepuso rápidamente al ‘cachetazo’ con un Harold que se vistió de JEFE y entre toda la columna vertebral de los chapines, filtró un pase para Mayer Gil que llegó en velocidad directo a concretar el 3-1… Y, por si fuera poco, 4’ minutos más tarde, otra vez Harold recibió de espaldas al arco, giró sobre su propio eje y se enfiló sobre el pasillo central para disparar de media distancia y romper por cuarta vez el arco guatemalteco.
Con el partido finiquitado, apareció la lluvia en Tegucigalpa y también aparecieron los cambios en el conjunto salvadoreño, dos de ellos gestaron el quinto y definitivo gol sobre el 85’. Alexander Umaña hizo una gran acción por la banda y sirvió para Danny Ríos, que, con doble disparo, terminó por completar la manita, 5-1.
El resultado dejó a El Salvador en el subliderato del Grupo C, pues Panamá goleó 5-0 a Aruba, no obstante, las sensaciones, el nivel de juego, el trabajo y orden táctico, las acciones individuales y la unión del plantel azul y blanco, tiene ilusionado a todo un país.
Alrededor de 48 horas antes, los jugadores emitieron un comunicado para denunciar faltas de respeto y poco profesionalismo de por parte del Comité Ejecutivo de la Federación Salvadoreña de Fútbol (FESFUT), argumentando, entre otras cosas, la ausencia de premios/incentivos económicos.
En la parte final de dicho escrito se lee: “reiteramos que estamos totalmente comprometidos con el país. Estas acciones de parte del Comité Ejecutivo no afectará con nuestro rendimiento dentro del terreno de juego”… Y así fue.
Desde los primeros compases, El Salvador se adueñó del balón y atacó a su antojo por la bandas, hasta que a la salida de un córner, la defensa chapina rechazó erróneamente sobre el centro y ahí apareció Alexander Romero para acomodarla de pecho y clavarla en el ángulo rival (15’).
Luego, al 34’ y tras fallar un par de ocasiones más, Harold Osorio le puso un bombón a Andrés Rivas que, rompió el fuera de juego, dribló al arquero, definió a puerta vacía y justo se antepuso el defensor, Adrián Recinos, para marcar un autogol que duplicó la ventaja. La superioridad de la “Azulita” pudo mandarles al descanso con un marcador mucho más abultado, pero la efectividad fue el mayor problema.
Guatemala reaccionó en la segunda mitad de la mano de su futbolista más talentoso, Arquímedes Ordóñez, recibiendo un balón en tres cuartos de cancha, conduciendo ante la marca de los salvadoreños, quitándose de encima a Alejandro Cano y entrando al área para sacar un bombazo inatajable que significó el 2-1.
En ese momento, parecía que El Salvador podría volver a sufrir la falta de contundencia, sin embargo, se sobrepuso rápidamente al ‘cachetazo’ con un Harold que se vistió de JEFE y entre toda la columna vertebral de los chapines, filtró un pase para Mayer Gil que llegó en velocidad directo a concretar el 3-1… Y, por si fuera poco, 4’ minutos más tarde, otra vez Harold recibió de espaldas al arco, giró sobre su propio eje y se enfiló sobre el pasillo central para disparar de media distancia y romper por cuarta vez el arco guatemalteco.
Con el partido finiquitado, apareció la lluvia en Tegucigalpa y también aparecieron los cambios en el conjunto salvadoreño, dos de ellos gestaron el quinto y definitivo gol sobre el 85’. Alexander Umaña hizo una gran acción por la banda y sirvió para Danny Ríos, que, con doble disparo, terminó por completar la manita, 5-1.
El resultado dejó a El Salvador en el subliderato del Grupo C, pues Panamá goleó 5-0 a Aruba, no obstante, las sensaciones, el nivel de juego, el trabajo y orden táctico, las acciones individuales y la unión del plantel azul y blanco, tiene ilusionado a todo un país.