La exitosa atleta paralímpica Marieke Vervoort, no puede más con el dolor provocado por la enfermedad degenerativa que padece y pedirá la eutanasia al finalizar los paralímpicos Río 2016.
Por Miguel Gámez
Por Miguel Gámez
En la vida hay que dejar huella. Una que no se borre, que sea eterna en la memoria. Los deportistas tienen la posibilidad de lograr esa gesta. Pocos la harán realidad, y ni siquiera su historia logrará impactar tanto como la de una de los 4.500 atletas paralímpicos que competirán en la denominada 'Cidade Maravilhosa'.
Marieke Vervoort cerrará sus ojos. Y no solo cada noche para visualizar sus éxitos deportivos. Esta valiente mujer lo hará para siempre, cuando finalicen los Juegos Paralímpicos Río 2016, que se celebrarán entre el 7 y el 18 de septiembre. Luego de tocar la gloria, en el Ironman, el triatlón con más exigencia en el mundo y luego pese a sus dificultades físicas, en Londres 2012, con un oro en los 100 metros lisos y la obtención de la plata en los 200 y los 400 metros lisos, decidió que Río 2016 será su última competencia, su aliento final, el que cese su vida.
Vervoort pedirá la eutanasia, la cual es legal en Bélgica desde 2002 para los pacientes que sufren enfermedades físicas o psíquicas incurables, cuando terminen los paralímpicos porque el dolor, producto de la enfermedad degenerativa que padece, es insoportable: “Río es mi último deseo, espero acabar mi carrera con un podio”, ha expresado. Su meta en estas olimpiadas es repetir el oro en los 100 metros planos y alcanzar un metal preciado en los 400.
Ella, la luchadora de vida, Marieke Vervoort, que en ocasiones solo puede dormir 10 minutos por noche debido al intenso dolor que le produce la enfermedad, desea que el mundo entienda que los sueños tienen que ser dorados y “que todo el mundo tenga una copa de champán en la mano, y un pensamiento para mí”.
Marieke Vervoort cerrará sus ojos. Y no solo cada noche para visualizar sus éxitos deportivos. Esta valiente mujer lo hará para siempre, cuando finalicen los Juegos Paralímpicos Río 2016, que se celebrarán entre el 7 y el 18 de septiembre. Luego de tocar la gloria, en el Ironman, el triatlón con más exigencia en el mundo y luego pese a sus dificultades físicas, en Londres 2012, con un oro en los 100 metros lisos y la obtención de la plata en los 200 y los 400 metros lisos, decidió que Río 2016 será su última competencia, su aliento final, el que cese su vida.
Vervoort pedirá la eutanasia, la cual es legal en Bélgica desde 2002 para los pacientes que sufren enfermedades físicas o psíquicas incurables, cuando terminen los paralímpicos porque el dolor, producto de la enfermedad degenerativa que padece, es insoportable: “Río es mi último deseo, espero acabar mi carrera con un podio”, ha expresado. Su meta en estas olimpiadas es repetir el oro en los 100 metros planos y alcanzar un metal preciado en los 400.
Ella, la luchadora de vida, Marieke Vervoort, que en ocasiones solo puede dormir 10 minutos por noche debido al intenso dolor que le produce la enfermedad, desea que el mundo entienda que los sueños tienen que ser dorados y “que todo el mundo tenga una copa de champán en la mano, y un pensamiento para mí”.