Justo cuando el Barcelona tuvo, otra vez, la gran oportunidad para escalar al liderato de la Liga, volvió a demostrar su inconsistencia y las fragilidades defensivas que le afectaron durante toda la temporada. El aficionado catalán ya no cree que su equipo “Levante” el título local.
Por: Alejandro Mejicanos.
Por: Alejandro Mejicanos.
El empate 0-0 del sábado anterior en el Camp Nou frente al Atlético de Madrid dejó muertas muchas esperanzas para que Ronald Koeman y sus muchachos pudieran concretar un doblete de títulos en la temporada, sin embargo, esa no fue la única ocasión que desperdició el Barcelona para posicionarse en lo más alto de la Liga… Lo hizo en el Clásico frente al Real Madrid, también en el partido pendiente ante Granada, y lo hizo hoy, nuevamente en el Estadio Ciudad de Valencia contra Levante.
No todo inició mal. Ousmane Dembélé volvió al once titular jugando en una posición de carrilero por derecha y le estaba funcionando al técnico holandés. Piqué, Lenglet y Araujo lucían solventes en defensa. Frenkie de Jong y Pedri le daban oxígeno al medio campo azulgrana, y en punta, Griezmann y Messi se notaban “on fire”.
Esta superioridad se concretó al minuto 25’ cuando Jordi Alba mandó un centro que desvió la defensa local y le llegó perfecta a Messi para anotar el 0-1 con una media tijera poco ortodoxa. El gol apareció después que el Barca tocara la puerta en varias ocasiones, lo había hecho Pedri antes con un disparo inocente que tapó fácil el portero Aitor, además de algunos remates de Busquets y Lenglet.
Siempre en la misma línea de dominio visitante, al 34’, Dembélé desbordó en la banda derecha, dribló a Toño y asistió a Pedri para que el chico de tan solo dieciocho años convirtiera su tercer gol en la Liga. Todo era fiesta y buenas sensaciones en un cuadro catalán que era notablemente mejor en la cancha, pero todo cambio en la segunda mitad…
“No sé qué hice mal en el descanso”, declaro Koeman al final del duelo, y sí, algo hizo mal el cuerpo técnico del Barcelona para permitir que en cuestión de dos minutos el Levante igualara el tablero. Primero al 57’, Jorge Miramón envió un balón al área para Gonzalo Melero y el dorsal 22 metió un frentazo que significaba el descuento. Poco después al 59’, ocurrió una de esas cosas que no suelen suceder en los últimos 15 años. Messi recibió una pelota con la marca insistente del rival y al sentirse presionado, no salió jugando como suele hacerlo, tocó atrás y tocó mal. Entonces, José Luis “el comandante” Morales, capitán del equipo murciélago, recibió y combinó rápidamente con Roger Martí para definir de zurda ante Ter Stegen.
El 2-2 le cayó como un baldazo de agua fría al Barca, pero la reacción no tardaría en llegar. Cinco minutos después de la igualdad, Dembélé estaba en el lugar y en el momento preciso para cazar un rebote y fusilar sin piedad a Aitor. Era el 2-3 y los aficionados culés volvían a sentir cerca el primer lugar, sin embargo, al 83’ Sergio León anticipó a Piqué para firmar el 3-3 definitivo.
El Barca volvió a adolecer de los fallos que nunca pudo corregir en la temporada. Su inseguridad defensiva ha hecho que se despida “casi, casi” del campeonato español. Ahora deberán esperar un milagro: que no ganen ninguno de los equipos de Madrid y que ellos puedan reponerse de esta derrota moral.
No todo inició mal. Ousmane Dembélé volvió al once titular jugando en una posición de carrilero por derecha y le estaba funcionando al técnico holandés. Piqué, Lenglet y Araujo lucían solventes en defensa. Frenkie de Jong y Pedri le daban oxígeno al medio campo azulgrana, y en punta, Griezmann y Messi se notaban “on fire”.
Esta superioridad se concretó al minuto 25’ cuando Jordi Alba mandó un centro que desvió la defensa local y le llegó perfecta a Messi para anotar el 0-1 con una media tijera poco ortodoxa. El gol apareció después que el Barca tocara la puerta en varias ocasiones, lo había hecho Pedri antes con un disparo inocente que tapó fácil el portero Aitor, además de algunos remates de Busquets y Lenglet.
Siempre en la misma línea de dominio visitante, al 34’, Dembélé desbordó en la banda derecha, dribló a Toño y asistió a Pedri para que el chico de tan solo dieciocho años convirtiera su tercer gol en la Liga. Todo era fiesta y buenas sensaciones en un cuadro catalán que era notablemente mejor en la cancha, pero todo cambio en la segunda mitad…
“No sé qué hice mal en el descanso”, declaro Koeman al final del duelo, y sí, algo hizo mal el cuerpo técnico del Barcelona para permitir que en cuestión de dos minutos el Levante igualara el tablero. Primero al 57’, Jorge Miramón envió un balón al área para Gonzalo Melero y el dorsal 22 metió un frentazo que significaba el descuento. Poco después al 59’, ocurrió una de esas cosas que no suelen suceder en los últimos 15 años. Messi recibió una pelota con la marca insistente del rival y al sentirse presionado, no salió jugando como suele hacerlo, tocó atrás y tocó mal. Entonces, José Luis “el comandante” Morales, capitán del equipo murciélago, recibió y combinó rápidamente con Roger Martí para definir de zurda ante Ter Stegen.
El 2-2 le cayó como un baldazo de agua fría al Barca, pero la reacción no tardaría en llegar. Cinco minutos después de la igualdad, Dembélé estaba en el lugar y en el momento preciso para cazar un rebote y fusilar sin piedad a Aitor. Era el 2-3 y los aficionados culés volvían a sentir cerca el primer lugar, sin embargo, al 83’ Sergio León anticipó a Piqué para firmar el 3-3 definitivo.
El Barca volvió a adolecer de los fallos que nunca pudo corregir en la temporada. Su inseguridad defensiva ha hecho que se despida “casi, casi” del campeonato español. Ahora deberán esperar un milagro: que no ganen ninguno de los equipos de Madrid y que ellos puedan reponerse de esta derrota moral.