La fiesta más grande del fútbol, la Copa del Mundo, está a horas de iniciar en un país repleto de restricciones y excentricidades. No se consumirá cerveza libremente, no estará ni Shakira ni Dua Lipa en la inauguración, no se permiten muestras de afecto en público, no se autoriza vestimenta escotada, y encima, hay indicios de amaños.
Por: Alejandro Mejicanos.
Por: Alejandro Mejicanos.
La Copa del Mundo que se celebra cada cuatro años es el máximo torneo de fútbol, sinónimo fiesta, alegría, diversión, bromas, besos, brindis, y hasta excesos, pero en Qatar 2022 todo esto se reduce a una simple interacción multicultural.
Los qataríes se plantaron en “mi casa, mis reglas”, pero no consideraron que la fiesta le pertenece FIFA y ellos solo son sede, si no querían fiesta, no se hubiesen postulado… Sin embargo, ya no es momento para mirar atrás, ahora toca adaptarse a las restricciones y cambiar el chip de lo que se ha hecho durante más de 90 años, desde aquel Mundial de 1930.
La cerveza, por ejemplo, una de las bebidas más consumidas, es imprescindible en un Mundial, y a 48 horas del arranque, la organización decidió limitar la VENTA Y CONSUMO, pese a que los contratos entre FIFA y Budweiser ya se habían firmado con cantidades superiores a los $75 millones. Los únicos sitios para adquirir cerveza serán hoteles con licencia especial y los Fan Fest de FIFA, llegando a pagar 50 riales qataríes, equivalente a $9.29 de dólar por un vaso. Una locura, carísimo. En los supermercados y estadios está prohibida la venta y el consumo en la calle será, prácticamente, penado por la ley.
Sobre la inauguración, también es un tema controversial. Qatar está siendo duramente señalado por las condiciones infrahumanas en las que hizo trabajar a miles personas para la construcción de los estadios, de hecho, se presume que la cifra de fallecidos supera los tres mil, y esto es una clara violación a los derechos humanos. Shakira, Dua Lipa y Rod Stewart estaban contemplados para actuar y montar el show del primer partido del Mundial, pero se dieron de baja en señal de protesta y desacuerdo por las incorrecciones del país organizador.
En cuanto a las muestras de afecto, están terminantemente prohibidas. Nadie puede besarse o abrazarse con intensidad en público, mucho menos si no están casados. La comunidad LGBTQI+ también deberá limitarse, y no podrá exponerse, por ejemplo, dos hombres no se pueden tomar de la mano en la calle. La vestimenta no debe ser escotada, no deben mostrarse ni los hombros, ni las rodillas, y tampoco se permiten minifaldas o bikinis. Si esto no se cumple, podrían enfrentar hasta 7 años de prisión.
Los qataríes no tienen ni la más mínima intención de “quedar bien” con los visitantes, al contrario, mantienen sus estrictas leyes y en caso de problema, lo solucionan con dinero, porque eso sí que les sobra… Tanta ‘pasta’ tienen que según el periodista e investigador qatarí, Amjad Taha, el gobierno local le habría ofrecido una suma cercana a $7.4 millones a distintas figuras de la Selección de Ecuador para dejarse vencer en el partido inaugural.
Será un Mundial atípico, inusual, pero todo se olvidará dentro de la cancha. De eso no hay dudas.
Los qataríes se plantaron en “mi casa, mis reglas”, pero no consideraron que la fiesta le pertenece FIFA y ellos solo son sede, si no querían fiesta, no se hubiesen postulado… Sin embargo, ya no es momento para mirar atrás, ahora toca adaptarse a las restricciones y cambiar el chip de lo que se ha hecho durante más de 90 años, desde aquel Mundial de 1930.
La cerveza, por ejemplo, una de las bebidas más consumidas, es imprescindible en un Mundial, y a 48 horas del arranque, la organización decidió limitar la VENTA Y CONSUMO, pese a que los contratos entre FIFA y Budweiser ya se habían firmado con cantidades superiores a los $75 millones. Los únicos sitios para adquirir cerveza serán hoteles con licencia especial y los Fan Fest de FIFA, llegando a pagar 50 riales qataríes, equivalente a $9.29 de dólar por un vaso. Una locura, carísimo. En los supermercados y estadios está prohibida la venta y el consumo en la calle será, prácticamente, penado por la ley.
Sobre la inauguración, también es un tema controversial. Qatar está siendo duramente señalado por las condiciones infrahumanas en las que hizo trabajar a miles personas para la construcción de los estadios, de hecho, se presume que la cifra de fallecidos supera los tres mil, y esto es una clara violación a los derechos humanos. Shakira, Dua Lipa y Rod Stewart estaban contemplados para actuar y montar el show del primer partido del Mundial, pero se dieron de baja en señal de protesta y desacuerdo por las incorrecciones del país organizador.
En cuanto a las muestras de afecto, están terminantemente prohibidas. Nadie puede besarse o abrazarse con intensidad en público, mucho menos si no están casados. La comunidad LGBTQI+ también deberá limitarse, y no podrá exponerse, por ejemplo, dos hombres no se pueden tomar de la mano en la calle. La vestimenta no debe ser escotada, no deben mostrarse ni los hombros, ni las rodillas, y tampoco se permiten minifaldas o bikinis. Si esto no se cumple, podrían enfrentar hasta 7 años de prisión.
Los qataríes no tienen ni la más mínima intención de “quedar bien” con los visitantes, al contrario, mantienen sus estrictas leyes y en caso de problema, lo solucionan con dinero, porque eso sí que les sobra… Tanta ‘pasta’ tienen que según el periodista e investigador qatarí, Amjad Taha, el gobierno local le habría ofrecido una suma cercana a $7.4 millones a distintas figuras de la Selección de Ecuador para dejarse vencer en el partido inaugural.
Será un Mundial atípico, inusual, pero todo se olvidará dentro de la cancha. De eso no hay dudas.