El nuevo “30” del París Saint-Germain debutó en el Stade Auguste-Delaune II frente al Reims, y pese a su discreta actuación en el terreno de juego, la hinchada y hasta los mismos rivales se rindieron ante él con elogios y cánticos. Lionel Messi, después de una vida vestido de azulgrana, le dio vuelta a la página.
Por: Alejandro Mejicanos.
Por: Alejandro Mejicanos.
El fútbol del viejo continente tenía un amplio menú para ofrecer durante este fin de semana: el Bayern Múnich y su imparable Lewandowski, el Chelsea robando un punto en Anfield, la Juventus cayendo en casa tras la salida de Cristiano o el Real Madrid junto al Barca sufriendo para llevarse victorias… Pero sin duda alguna, el momento más esperado era el debut de Lionel Messi con el París Saint-Germain.
Mauricio Pochettino confirmó que su compatriota, ese que ha ganado 6 Balones de Oro, entraría en la convocatoria para visitar al Reims en el Stade Auguste-Delaune II, y desde ese instante, las ventas de boletos se dispararon a niveles impensados, tanto, que el modesto club francés promediaba 9,000 espectadores por partido, y ahora, batió su récord de asistencia con más de 22 mil personas en las tribunas.
En el calentamiento previo al juego, Lionel trabajó al parejo de sus compañeros y apuntaba para ser titular, pero finalmente se quedó en el banquillo. Desde ahí, observó como Kylian Mbappé se echaba el equipo al hombro firmando doblete, y aunque por cierto tramos el Reims apretó para descontar, el resultado nunca estuvo en riesgo para los Parisinos. Entonces, con el 0-2 y la situación bajo control, llegó el momento cumbre.
Lionel Messi ingresó al minuto 65’ en sustitución de Neymar, y recibió una ovación impresionante, como pocas veces se ha visto en la Ligue 1. Saltó a la cancha luciendo el dorsal 30, el mismo con el que debutó con 18 años en el Barcelona, y se le vio sonriente, disfrutando de algo que es totalmente nuevo para él. En su primer toque de balón, la hinchada coreó su nombre y luego se quedaron con el “Messie – Monsieur – Messi” a todo pulmón.
Su actuación fue bastante discreta, 95% de pases acertados (20 de 21), 26 toques de balón, 3 faltas recibidas, 0 disparos al arco y un par de combinaciones con Mbappé. El francés siempre le buscó para pasarle el balón, y en general, sus compañeros intentaban conectar con él para comenzar a entender sus movimientos, sus filtraciones y su estilo de juego. El asunto culminó 0-2 con Kylian como MVP, pero todos se fueron con Messi para pedirle su camiseta, conversar un poco, y hasta tomarle fotografías con niños, como hizo el guardameta del Reims, Predrag Rajkovic, que le pidió a Lionel cargar en brazos a su pequeño para capturar una instantánea memorable.
Lionel Messi se irá acoplando poco a poco a su nuevo club, su nuevo país, su nueva liga, su nueva idiosincrasia, sus nuevos rivales, sus nuevos compañeros, sus nuevos detractores, sus nuevos hinchas y su nueva vida, pero es cuestión de tiempo para que haga de las suyas y convierta al PSG en el jefe absoluto del fútbol francés. Nadie lo duda. Por ahora, se sumará a la Selección Argentina, afrontará los duelos de la Eliminatoria de CONMEBOL, retomará ritmo de juego y volverá París para continuar escribiendo una página dorada en su exitosa carrera.
Mauricio Pochettino confirmó que su compatriota, ese que ha ganado 6 Balones de Oro, entraría en la convocatoria para visitar al Reims en el Stade Auguste-Delaune II, y desde ese instante, las ventas de boletos se dispararon a niveles impensados, tanto, que el modesto club francés promediaba 9,000 espectadores por partido, y ahora, batió su récord de asistencia con más de 22 mil personas en las tribunas.
En el calentamiento previo al juego, Lionel trabajó al parejo de sus compañeros y apuntaba para ser titular, pero finalmente se quedó en el banquillo. Desde ahí, observó como Kylian Mbappé se echaba el equipo al hombro firmando doblete, y aunque por cierto tramos el Reims apretó para descontar, el resultado nunca estuvo en riesgo para los Parisinos. Entonces, con el 0-2 y la situación bajo control, llegó el momento cumbre.
Lionel Messi ingresó al minuto 65’ en sustitución de Neymar, y recibió una ovación impresionante, como pocas veces se ha visto en la Ligue 1. Saltó a la cancha luciendo el dorsal 30, el mismo con el que debutó con 18 años en el Barcelona, y se le vio sonriente, disfrutando de algo que es totalmente nuevo para él. En su primer toque de balón, la hinchada coreó su nombre y luego se quedaron con el “Messie – Monsieur – Messi” a todo pulmón.
Su actuación fue bastante discreta, 95% de pases acertados (20 de 21), 26 toques de balón, 3 faltas recibidas, 0 disparos al arco y un par de combinaciones con Mbappé. El francés siempre le buscó para pasarle el balón, y en general, sus compañeros intentaban conectar con él para comenzar a entender sus movimientos, sus filtraciones y su estilo de juego. El asunto culminó 0-2 con Kylian como MVP, pero todos se fueron con Messi para pedirle su camiseta, conversar un poco, y hasta tomarle fotografías con niños, como hizo el guardameta del Reims, Predrag Rajkovic, que le pidió a Lionel cargar en brazos a su pequeño para capturar una instantánea memorable.
Lionel Messi se irá acoplando poco a poco a su nuevo club, su nuevo país, su nueva liga, su nueva idiosincrasia, sus nuevos rivales, sus nuevos compañeros, sus nuevos detractores, sus nuevos hinchas y su nueva vida, pero es cuestión de tiempo para que haga de las suyas y convierta al PSG en el jefe absoluto del fútbol francés. Nadie lo duda. Por ahora, se sumará a la Selección Argentina, afrontará los duelos de la Eliminatoria de CONMEBOL, retomará ritmo de juego y volverá París para continuar escribiendo una página dorada en su exitosa carrera.