EFE - Con apenas 12 años, la niña de origen mexicano Blanca Ramírez se convirtió en la chica más joven del mundo en correr siete maratones en los cinco continentes, después de correr sus dos últimas carreras, París y Antártida, con tan solo nueve días de diferencia.
La pequeña atleta californiana dejó para el final la competencia más dura, 26 millas a una temperatura bajo cero en la playa de una isla desierta en la región antártica.
"Fue un final muy duro, no tan solo por el maratón, tuvo que correr en el frío, correr sobre muchas piedras, mucho lodo, correr en partes donde estaba nevando", explicó a Efe Dimas Ramírez, padre de la menor.
Las inclemencias del tiempo fueron tales que incluso el certamen estuvo a punto de ser cancelado y los competidores tuvieron que esperar cinco días para poder volar desde Chile hacia la Isla del Rey Jorge, lugar donde se realizó el Maratón Continente Blanco.
Pero estos contratiempos no detuvieron la férrea voluntad de la jovencita, que quería cumplir con la promesa hecha.
"La presión era terminar el maratón, tuve que entrenar y correr bastante y no enfermarme para no tener que ausentarme", dijo Blanca a Efe.
La resistencia física de Blanca fue puesta a prueba al tener que participar en dos competencias con nueve días de diferencia y apenas tiempo para recuperarse.
La niña corrió la Maratón de Torcy en París el pasado 10 de febrero, y tuvo que regresar a Los Ángeles un día después para estar tan solo cuatro horas en Estados Unidos y viajar de inmediato a Punta Arenas, Chile.
"Tienes que estar decidido en correr y tienes que entrenar bastante, porque vas a estar corriendo por un largo tiempo y estás solo", explicó Blanca.
El periplo de la menor comenzó en marzo del año pasado cuando corrió la Maratón de Los Ángeles (ASICS) con un tiempo de 6 horas y 59 minutos. Desde el momento que cruzó la meta arropada por la bandera de Estados Unidos, Blanca se prometió que antes de cumplir 13 años, el próximo 29 de julio, demostraría que con empeño se pueden lograr cosas que parecen imposibles.
Después de Los Ángeles, Blanca corrió en Ruanda, China, Paraguay, Nueva Zelanda, Francia y finalmente en la Antártida el pasado 19 de febrero.
"Nos sentimos muy felices de que Blanca tiene ambición de continuar adelante, de tratar de dejar huella en este mundo y dejar huella en maneras buenas", indicó su padre.
La motivación y el apoyo incondicional de la familia es la que ha llevado a esta pequeña a convertirse en la mujer más joven en completar esta hazaña.
Para Dimas, la historia de Blanca puede inspirar a los padres hispanos a apoyar a sus hijos a luchar por sus sueños: "No es necesario ir a romper un récord mundial y correr en todas partes del mundo, lo importare es tan solo darle a sus hijos ese apoyo".
Pero el objetivo de Blanca no era sólo el de romper un récord, pues corre a favor de Operación Sonrisa, una organización que ayuda a niños con problemas de labio leporino.
Con este logro, la niña desbancó a Winter Vinecki, quien culminó siete maratones alrededor del mundo a la edad de 14 años.
Blanca es una fuente de inspiración para sus compañeros la escuela y de toda la comunidad deportiva del área que han reconocido su esfuerzo.
A parte de los aplausos ella dice tener la satisfacción del deber cumplido, "la experiencia, las fotos, las memorias".
Aunque en este momento quiere recuperar sus fuerzas, la niña ya piensa en su próximo reto, correr maratones en los 50 estados de Estados Unidos y podría iniciarlo el próximo mes corriendo nuevamente la maratón de Los Ángeles.
Pero ella no deja de ser una niña y sus motivaciones son sencillas, la "experiencia" de correr y poder recibir "una medalla al final que la puedes guardar por siempre".
"Fue un final muy duro, no tan solo por el maratón, tuvo que correr en el frío, correr sobre muchas piedras, mucho lodo, correr en partes donde estaba nevando", explicó a Efe Dimas Ramírez, padre de la menor.
Las inclemencias del tiempo fueron tales que incluso el certamen estuvo a punto de ser cancelado y los competidores tuvieron que esperar cinco días para poder volar desde Chile hacia la Isla del Rey Jorge, lugar donde se realizó el Maratón Continente Blanco.
Pero estos contratiempos no detuvieron la férrea voluntad de la jovencita, que quería cumplir con la promesa hecha.
"La presión era terminar el maratón, tuve que entrenar y correr bastante y no enfermarme para no tener que ausentarme", dijo Blanca a Efe.
La resistencia física de Blanca fue puesta a prueba al tener que participar en dos competencias con nueve días de diferencia y apenas tiempo para recuperarse.
La niña corrió la Maratón de Torcy en París el pasado 10 de febrero, y tuvo que regresar a Los Ángeles un día después para estar tan solo cuatro horas en Estados Unidos y viajar de inmediato a Punta Arenas, Chile.
"Tienes que estar decidido en correr y tienes que entrenar bastante, porque vas a estar corriendo por un largo tiempo y estás solo", explicó Blanca.
El periplo de la menor comenzó en marzo del año pasado cuando corrió la Maratón de Los Ángeles (ASICS) con un tiempo de 6 horas y 59 minutos. Desde el momento que cruzó la meta arropada por la bandera de Estados Unidos, Blanca se prometió que antes de cumplir 13 años, el próximo 29 de julio, demostraría que con empeño se pueden lograr cosas que parecen imposibles.
Después de Los Ángeles, Blanca corrió en Ruanda, China, Paraguay, Nueva Zelanda, Francia y finalmente en la Antártida el pasado 19 de febrero.
"Nos sentimos muy felices de que Blanca tiene ambición de continuar adelante, de tratar de dejar huella en este mundo y dejar huella en maneras buenas", indicó su padre.
La motivación y el apoyo incondicional de la familia es la que ha llevado a esta pequeña a convertirse en la mujer más joven en completar esta hazaña.
Para Dimas, la historia de Blanca puede inspirar a los padres hispanos a apoyar a sus hijos a luchar por sus sueños: "No es necesario ir a romper un récord mundial y correr en todas partes del mundo, lo importare es tan solo darle a sus hijos ese apoyo".
Pero el objetivo de Blanca no era sólo el de romper un récord, pues corre a favor de Operación Sonrisa, una organización que ayuda a niños con problemas de labio leporino.
Con este logro, la niña desbancó a Winter Vinecki, quien culminó siete maratones alrededor del mundo a la edad de 14 años.
Blanca es una fuente de inspiración para sus compañeros la escuela y de toda la comunidad deportiva del área que han reconocido su esfuerzo.
A parte de los aplausos ella dice tener la satisfacción del deber cumplido, "la experiencia, las fotos, las memorias".
Aunque en este momento quiere recuperar sus fuerzas, la niña ya piensa en su próximo reto, correr maratones en los 50 estados de Estados Unidos y podría iniciarlo el próximo mes corriendo nuevamente la maratón de Los Ángeles.
Pero ella no deja de ser una niña y sus motivaciones son sencillas, la "experiencia" de correr y poder recibir "una medalla al final que la puedes guardar por siempre".