EFE - La tenista estadounidense Serena Williams, número uno del mundo, conquistó hoy su sexto Wimbledon tras derrotar en la final a la hispano-venezolana Garbiñe Muguruza por 6-4 y 6-4, en una hora y 22 minutos.
Serena, de 33 años, no dio opción a una Garbiñe, de 21, que disputó este sábado en la pista central del All England Tennis Club de Londres su primera final de Grand Slam y también la primera de una española en 19 años.
Con esta victoria en Wimbledon, la menor de las hermanas Williams, que ya ha conquistado los títulos en el Abierto de Australia y en Roland Garros, da un paso más en su camino a conseguir el Grand Slam esta temporada, un hito que solo han logrado tres tenistas hasta ahora: la alemana Steffi Graf, la australiana Margaret Court y la estadounidense Maureen Connolly.
"Ha sido un gran partido ante un público maravilloso. Creo que jugué muy bien. Hacía tiempo que no ganaba aquí y es genial hacerlo. Sentí algo de presión hacia el final del partido, pero creo que lo hice bien", aseguró Serena en la ceremonia de entrega.
"Garbiñe no paraba de luchar y de pelear, es una gran jugadora", indicó. "No estés triste -le dijo a la española- dentro de muy poco estarás aquí ganando el título".
El juego de Garbiñe, cuyo mejor resultado hasta ahora en un 'grande' fueron los cuartos de final en Roland Garros (2014 y 2015), ha dado un salto de calidad sobre la hierba londinense, pero este sábado ante sí tenía a la tenista que ha dominado el circuito femenino en las últimas dos décadas. "No tengo palabras para describir lo que siendo.
El público ha sido espectacular. He disfrutado mucho jugando aquí, han sido dos grandes semanas. Serena ha vuelto a demostrar por qué es la número uno del mundo", sostuvo Muguruza tras el partido. En los primeros juegos parecía que se habían cambiado las tornas, con una Garbiñe mostrando un aplomo impropio de una debutante en una final y una Serena errática, que solo en el primer juego cometió tres dobles faltas -había hecho 13 hasta ahora en el torneo-.
Los 15.000 espectadores presentes en las gradas de la central de La Catredal vieron como Garbiñe se ponía 3-1 arriba y Serena, que aspiraba a conquistar el título 13 años después de lograr el primero, no encontraba la forma de parar a una rival que le jugaba de tú a tú.
Sin embargo, mediado el primer set, la ganadora de 20 'grandes' -21 ahora- se asentó en la pista y, aferrada a su derecha (29 derechas ganadoras en el partido) empezó a encontrar su tenis.
En el octavo juego llegó el punto de inflexión del choque, después de que Serena le rompiera el servicio a la española y se pusiera por delante por primera vez.
Después de 44 minutos, y con otra ruptura más, la estadounidense acabó llevándose la primera manga por 6-4. Se desconectó Garbiñe al inicio del segundo set, nerviosa y estática, sin moverse apenas por la pista e incapaz de frenar los primeros servicios de Serena, a 180 kilómetros por hora.
Los problemas de la española se acrecentaron cuando su rival aprovechó los puntos de 'break' de los que dispuso para ponerse con 5-1 y servicio. En ese momento fue cuando regresó la mejor versión de Garbiñe, la del comienzo del partido, que, entre los "¡Vamos, Garbi!" y "Come on, Muguruza" del público, le rompió dos veces el servicio a su rival y se llevó el suyo para ponerse con 5-4 y saque.
La estadounidense hizo valer su mayor experiencia para, ahora sí, romperle el servicio a Garbiñe en blanco y hacerse, trece años después de su primer título en Londres, con su sexto Wimbledon y mantener vivo su sueño del Grand Slam.
Con esta victoria en Wimbledon, la menor de las hermanas Williams, que ya ha conquistado los títulos en el Abierto de Australia y en Roland Garros, da un paso más en su camino a conseguir el Grand Slam esta temporada, un hito que solo han logrado tres tenistas hasta ahora: la alemana Steffi Graf, la australiana Margaret Court y la estadounidense Maureen Connolly.
"Ha sido un gran partido ante un público maravilloso. Creo que jugué muy bien. Hacía tiempo que no ganaba aquí y es genial hacerlo. Sentí algo de presión hacia el final del partido, pero creo que lo hice bien", aseguró Serena en la ceremonia de entrega.
"Garbiñe no paraba de luchar y de pelear, es una gran jugadora", indicó. "No estés triste -le dijo a la española- dentro de muy poco estarás aquí ganando el título".
El juego de Garbiñe, cuyo mejor resultado hasta ahora en un 'grande' fueron los cuartos de final en Roland Garros (2014 y 2015), ha dado un salto de calidad sobre la hierba londinense, pero este sábado ante sí tenía a la tenista que ha dominado el circuito femenino en las últimas dos décadas. "No tengo palabras para describir lo que siendo.
El público ha sido espectacular. He disfrutado mucho jugando aquí, han sido dos grandes semanas. Serena ha vuelto a demostrar por qué es la número uno del mundo", sostuvo Muguruza tras el partido. En los primeros juegos parecía que se habían cambiado las tornas, con una Garbiñe mostrando un aplomo impropio de una debutante en una final y una Serena errática, que solo en el primer juego cometió tres dobles faltas -había hecho 13 hasta ahora en el torneo-.
Los 15.000 espectadores presentes en las gradas de la central de La Catredal vieron como Garbiñe se ponía 3-1 arriba y Serena, que aspiraba a conquistar el título 13 años después de lograr el primero, no encontraba la forma de parar a una rival que le jugaba de tú a tú.
Sin embargo, mediado el primer set, la ganadora de 20 'grandes' -21 ahora- se asentó en la pista y, aferrada a su derecha (29 derechas ganadoras en el partido) empezó a encontrar su tenis.
En el octavo juego llegó el punto de inflexión del choque, después de que Serena le rompiera el servicio a la española y se pusiera por delante por primera vez.
Después de 44 minutos, y con otra ruptura más, la estadounidense acabó llevándose la primera manga por 6-4. Se desconectó Garbiñe al inicio del segundo set, nerviosa y estática, sin moverse apenas por la pista e incapaz de frenar los primeros servicios de Serena, a 180 kilómetros por hora.
Los problemas de la española se acrecentaron cuando su rival aprovechó los puntos de 'break' de los que dispuso para ponerse con 5-1 y servicio. En ese momento fue cuando regresó la mejor versión de Garbiñe, la del comienzo del partido, que, entre los "¡Vamos, Garbi!" y "Come on, Muguruza" del público, le rompió dos veces el servicio a su rival y se llevó el suyo para ponerse con 5-4 y saque.
La estadounidense hizo valer su mayor experiencia para, ahora sí, romperle el servicio a Garbiñe en blanco y hacerse, trece años después de su primer título en Londres, con su sexto Wimbledon y mantener vivo su sueño del Grand Slam.